martes, 22 de noviembre de 2016

Tema: Arte Minimal, ¿Decorativo o teatral?

Por: Yeni Maldonado S.



“Sentir el aura de una cosa es otorgarle
 el poder de alzar los ojos”
Walter Benjamin


Para establecer el arte minimal dentro de lo decorativo o lo teatral, debemos conocer la intensión de los artistas al desarrollar sus obras y las posturas críticas ante su origen y la respuesta que género en su tiempo.

El arte mínima se desarrolló en 1960, prolongándose durante los siguientes diez años. En sus primeros años se le denominó como “arte ABC, arte del rechazo, cool art y estructuras primarias” (Meyer 2011:18). Desde sus inicios presento una postura artística de narración diferente, imposibilitando su establecimiento tajante dentro de alguna tendencia artística del siglo XX. Este conjunto de obras son consideradas un “punto de inflexión entre el arte de la vanguardia, de la modernidad y el de la postvanguardia y postmodernidad” (Pérez 2003:14). En estos diez años los artistas afinaran la particularidad del objeto artístico  hacia las características minimal en su estructura visual, con de la pérdida del valor material del objeto y del trabajo del artista.  Los artistas más representativos fueron: Franke Stella, Carl Andre, Donad Judd, Dan Flavin, Sol LeWitt, Robert Morris, Richard Serra. 

El movimiento minimal se desenvolvió en la pintura y la escultura, pero está basado principalmente en obras escultóricas. Sus características visuales son la simplicidad formal, la manufactura industrial y la repetición (serialidad). Las piezas fueron realizadas  en fábricas y elaboradas por obreros calificados que seguían instrucciones del artista, de este modo se erradica todo vestigio de emoción o de decisión intuitiva (Meyer 2011:15). Al ser mostrados  los materiales como tal, con sus cualidades en color y textura, evitan expresar representaciones de la vida real o imaginarias, el objeto en si “no representa nada como imagen de otra cosa. No se da como el simulacro de nada” (Didi-Huberman 1992:35).

El espacio de exposición jugara un rol muy importante para el objeto minimal, siento el único soporte de las obras, ya que las piezas eran colocadas de forma directa  en la pared o en el suelo, sin peanas o altillos para exhibirlas. Carl Andre, en 1993, realiza The Maze and Snares of Minimalism, una obra compuesta por nueve estructuras de penas ensambladas entre sí (fg.1), el mismo Andre describiría esta obra como “JuddMorrisAndreLeWitt desprovistos de sus doctorados en bellas artes” (Meyer 2011:15), debido a ser esta una síntesis sarcástica del arte realizado por ellos mismo. 

En sus inicios los artistas minimal no deseaban ser considerados dentro de un movimiento artístico, jamás realizaron un manifiesto, y por el contrario se promulgaron crítico de las tendencias como el expresionismo abstracto y el  pop art. Sin embargo tuvieron posturas analíticas de sus obras, que se expresaron en ensayos críticos y generaron una cadena de teorías. Estos textos se dieron principalmente por algunos de los artistas, que antes de serlo fueron críticos de arte; pero, a su vez, tuvo detractores, en su mayoría historiadores  y críticos del arte. 

Uno de los primeros artistas y teorizadores del minimal es Donald Judd, quien reafirma su disposición a los objetos de “diseños sencillos, limpios, sin modular y de colores vivos, ejemplificados en la obra de Barnett Newman y Kenneth Noland.”(Meyer 2011:18). De manera que la claridad de estos objetos era fuente principal de su literalidad y especificidad. Todo ello en contraposición del arte abstracto, el cual le disgustaba y consideraba ‘ilusionista’ [1]. Pero quien se acomoda mejor al interés de Judd será Frank Stella, en sus pinturas de franjas, como Luis Miguel Dominguín (fg.2), estas líneas se ajustan al formato del bastidor, brindando una experiencia de materialidad “presentando la pintura como pintura y el lienzo como lienzo” (Meyer 2011:21) sin representar más que su presencia. Tanto Judd y Andre, consideran que la ausencia de espacio ilusionista es la diferencia con el expresionismo abstracto pero, también, advierten que las obras de Frank Stella son solo el inicio al arte minimal. 

Para James Meyer, los primeros artistas del ABC, tenían influencias de los neodadaístas Jasper Johns y Robert Rauschenberg y de los expresionistas abstractos Barnett Newman y Mark Rothko. Sin embargo este arte se consolida en su reducción formal  con los vanguardistas rusos: Kasimir Malevich, Aleksandr Rodchenko, Vladimir Tatlin y El Lissitzky, que venían de una “producción alternativa propuesta por los constructivistas, dictado por la función y la faktura[2], ello debido a la publicación que hiciera Camilla Gray en Estados Unidos en 1962 de El experimento ruso en el arte: 1863-1922 (Meyer 2011:20). No es un hecho casual que a partir de esta fecha los artistas minimal potencien sus obras hacia objetos que solo se vean, como expone Didi-Huberman, que simplemente se den a ver y en calidad de tal, impongan su ‘especifica’ presencia. (Didi-Huberman 1992:35)

En esta etapa podemos ver obras, como el cubo de Tony Smith, Die (fg.3) expuesta en 1962, de manufactura simple, el acero se exhibe en su natural materia e “impone su opacidad en el centro de la habitación”, y tal como afirma Francisca Pérez  “su geometría impide el juego de volúmenes y espacios que es el motivo habitual de la escultura, así como las diferencias en las experiencia perceptiva que causa el objeto percibido desde un punto de vista o de otro” (Pérez 2003:36), ello nos lleva a contemplar la materialidad del objeto sin buscar ‘algo más’. Por los mismos años Robert Morris realizas sus cajas, también objetos sencillos que pueden tener color o no, lo importante para Morris es la experiencia que la obra brinde, más que sus cualidades estéticas (color o forma) buscando una apariencia neutra (Pérez 2003:39), como el caso de  Sin Título (nube) de 1962, es una estructura cuadrangular que cuelga del techo o Sín Título (L-Beams) (fg.4) de 1965-1967, son vigas en forma de L dispuestas  en distintas posiciones en el espacio. Una obra previa a las mencionadas es Box for standing (Caja para estar de pie) (fg.5) de 1961, la experiencia perceptiva de este objeto tiene que ver con “una percepción significativa, guiada por el título y por la colocación de la obra en el espacio y en relación al espectador; es decir, asociada a objetos o a acciones cotidianas” (Pérez 2003:41). Para el propio Morris la simplicidad de las formas no es reductora de formas exteriores, sino que las ordena. No hay disminución sino un ordenamiento. (Didi-Huberman 1992:37)

A diferencia de Morris, para quien la cualidad del material no es valiosa en sí misma, para Donald Judd sus objetos metálicos, de madera o plásticas deben tener un acabo perfecto, pulcro e impersonal en cuanto a su origen industrial, y llamará a sus obras “objetos específicos” (Pérez 2003:42-43). Una de sus primeras obras será Sin Título (fg.6), 1964, realizado en plexiglás fluorescente rojo y acero laminado; otra es Sin Título (fg.7), 1965,  en aluminio anodizado negro y plexiglás de color bronce, formado por diez unidades de  15 x 68 x 61 cm (cada una) y están espaciados de modo que la pared se percibe como el fondo, aunque no llega a formar parte de la obra” (Pérez 2003:42). Para Judd sus objetos no califican como escultura o pintura;  considera que el estatus escultórico no es dado por sus cualidades visuales estéticas o las relaciones entre las piezas. Por el contrario defiende la simplicidad del objeto minimal: “las formas, la unidad […], el orden y el color son específicos, agresivos y fuertes” (Didi-Huberman 1992:36). Todo ello, nos llevara a una ‘experiencia específica’, que significa apreciar un objeto independiente de todas sus condiciones exteriores.

Entre los objetos minimal elaborados para ser expuestos  en serie, tenemos Carl Andre, Dan Flavin y Sol LeWitt. Las obras se Andre son objetos repetidos pero dispuestos juntos en bloques como las  obras: Lever (fg.8) de 1966, que está formado por 137 ladrillos puestos en el suelo en linea recta o 144 Aluminum Square (fg.9) de 1967, formado por planchas de Aluminio; también, son objetos elaborados en fabrica, con apariencia fría, pulida, brillante o de carácter humilde como los ladrillos y debido a su carácter inestable puede ser montado en distintos espacios. Las características de las obras de Carl Andre serán su manipulación constructiva, su horizontal visión (desde arriba), con ello estimula al espectador (Pérez 2003:32-33), el visitante puede pasar a través de las piezas, recostarse  en ellas, abrazarlas y sentir su materialidad con más de dos sentidos. Ahora bien,  en el caso de las series minimal espaciadas, su carácter no estará regido por el orden, ya que el número y posiciones de los módulos puede ser arbitrario. Pueden ser como las plataformas de Judd y o como las vigas en L de Morris; más aún la disposición ordenada de los elementos mostrara una “gratuidad todavía más absurda” (Pérez 2003:50). En el caso de Sol LeWitt, experimentara la creación en serie en sus Estructuras murales y luego en Serial Project No. 1 (ABCD) (fg.10) en 1966, estas piezas presentan ligereza en su estructura y pre concebidas mediante fórmulas matemáticas. 


Se ha querido entender el origen del Arte minmal como un contrapunto  en estética visual con el expresionismo abstracto o el pop art, pero esta contraposición va más allá de lo externo. En los primero años de la década sesenta los artistas minimal se confundían con los del pop y no pertenecían al mundo de la alta cultura o arte elevado. Sin embargo, muchos de los artistas se sentían incómodos ante el action painting por considerarlo un arte individualista, de composiciones confusas e internistas y que servía como pantalla del gobierno estadounidense ante los álgidos conflictos sociales de aquel momento. Es entonces que deciden apartarse del establishment vanguardista cultural, y presentar objetos con una ‘sencillez aplastante’, como Die de Smith o los Sin Título de Morris. Como señala Francisca Pérez, llego un punto en que se tildo al arte minimal de frívolo, intelectualoide y aburrido. Por ello Hall Foster y Rosalind Krauss van a defender al arte minimal como el verdadero continuador de los principios radicales de la vanguardia, pero también se expresa en estas discusiones la contrariedad del arte minimal que pretende ser un arte ajeno a la alta cultura pero al mismo tiempo discrepa de las expresiones pop y teoriza su creaciones. (Pérez 2003:16)

En 1977, Rosalind Krauss publica Pasajes de la escultura moderna y expone al arte minimal como un agente cultural que defiende la experiencia de la materialidad y las huellas que el proceso productivo ha dejado en la superficie del objeto. A su vez explica el rechazo del minimal  hacia las nociones básicas de la estética idealista, la concepción moderna del significado (el conocimiento) y la noción cartesiana de mente[3]. Esto llevara a presentar la naturaleza pública del significado[4] de un modo más abstracto, eliminando las características humanas de la escultura moderna y figurativa.  (Pérez 2003:18-19)

Por otro lado, Clement Greenberg y Michael Fried, consideran el expresionismo abstracto como la mejor expresión de la vanguardia, y expondrán una postura contraria ante los objetos minimalistas denominándolo un “Pseudo arte” que no manipula el material, no crea sintaxis, ni sentido (Pérez 2003:15). Michael Fried, clasificara peyorativamente al arte minimal como literal y teatral. Para Fried, el objeto minimal no trascenderá del nivel literal, no reconoce en ello artisticidad por ende no brindarán experiencia estética, expresa que las obras de arte tienen un propio lenguaje que está construido por la composición (corrección e incorrección) de formas y colores. Él aclara la inexistencia de una sintaxis y una gramática artística en el objeto minimal, considerándolo una empresa fundamentalmente ideológica, un asunto de palabras antes que nada. (Didi-Huberman 1992:41)

En cuanto al lenguaje de la obra de arte, Rosalind Krauss, afirma que “no es la sintaxis lo esencial al lenguaje, sino la repetición infinita del mismo gesto o signo. Poner una cosa detrás de la otra es esa expresión de (l)iterabilidad.” (Pérez 2003:195). Pero la ‘colocación’ implica el uso de un espacio, Krauss señala la necesidad de un espacio y tiempo para que el objeto repetido se convierta en signo, esto lo llama ‘experiencia especifica’. Para ejemplificar la experiencia utiliza  las vigas en L de Robert Morris, asume que no importa saber si las L son iguales, la experiencia que tengamos de ellas deriva de la posición en que se encuentre con respecto al suelo. (Didi-Huberman 1992:37). Esta experiencia por ende puede cambiar según el tiempo en que se mira y desde la postura que se mira, en consecuencia puede ser reciproco.  Esto puede dar una dialéctica intersubjetiva, generando relación entre el objeto y el sujeto, pero no al dar una información o ilusión, quiere dar un experiencia de dialogo, que varía según el tiempo. Frank Stella, también advierte la experiencia especifica pero suma importancia al sujeto, que es interpelado con fuerza y le crea una sensación de desconcierto ante el objeto minimal. (Didi-Huberman 1992:36)

Los objetos minimal han utilizado el espacio al crear “un campo de influencia que el espectador experimenta como creado por el objeto” (Pérez 2003:56), entonces las cualidades materiales que tenga el objeto son percibidos desde la colocación espacial que tenga. Para Pérez, ello dotara de una dignidad al espacio, trasladándolo al centro de la propuesta plástica pero a su vez también el espectador es interpelado y convertido en eje de la exposición. Y esta relación la podemos encontrar en los objetos en serie de Dan Flavin, The nominal three (to William of Ockham) (fg.11) en 1964, en esta construcción se pueden ver los objetos distribuidos continuamente, los fluorescentes que utiliza Flavin “se percibe  normalmente sin pretensiones ilusionistas” (Pérez 2003:54) se muestra  su materialidad en relación directa con el espacio, esto permite que el espectador note el objeto, hablamos de la relación de este con el espacio y a su propia actividad espectadora.  Otro ejemplo en el arte minimal es Richard Serra(fg.12) , fue quien exploro más la espacialidad, tanto en espacio cerrado como abierto, y muchas veces uso la serialidad en sus obras. Claros ejemplos son: Hause of cards (fg.13) de 1969, cuatro placas de plomo apoyadas entre sí generando la imagen de un cubo similar a Die; luego, Casting instalación realizada en  1969 (fg.14) y Shift (fg.15) en 1970, seis secciones de cemento colocadas una tras otra en espacio abierto.

Las obras de Richard Serra podría ser claro ejemplo para explicar la literalidad y teatralidad que postula Michael Fried sobre las obras del arte minimal.  Como ya se explico, para Fried la escultura debe tener la representación de algo y expresarlo, ello convierte al objeto en una expresión artística, por ende considera que el arte  minimal no muestra esa tensión, debido a ser directo, y esta literalidad sería lo antropomórfico del minimal transformándose "en el símbolo de un cuerpo desalmado, vació y autoritario".(Pérez 2003:202). Y este antropomorfismo, para Fried, sería el principal ingrediente para que el arte minimal  sea teatral, pero visto desde el lado superfluo del teatro, como un simple espectáculo que cae en gracia (Didi-Huberman 1992:43). 

George Didi-Huberman, explica lo teatral a través de Two columns de Robert Morris (fg.16), dice que el artista coloca los objetos bajos los protocolos de teatrales being an actor; explica que los paralelepípedos actúan unos sobre otros y sobre el espectador mismo, tejiendo así toda una red de relaciones, si bien son exactos y específicos  se ven capaces de un poder relacional apto dejarse ver de pie, cayendo o acostadas, incluso muertas, es "sujeto de una latencia" agitado por un síntoma (Didi-Huberman 1992:39).

Fried, también advierte que el objeto minimal contiene aura, que es según Walter Benjamin, la trama singular de espacio y tiempo (espacio labrado o obrador) y que al sentir el aura de un objeto nos causa extrañeza, el "sonderbar"; Didi-huberman explica que esta experiencia se dará desde una doble distancia, desde la lejanía física y áurea entre los dos seres encontrados, esta característica permitirá al objeto devolver la mirada, ser una presencia real y no artística  (Didi-Huberman 1992:93-94).Es así como el espectador minimal participa de la revelación de una presencia, como la celebración de un rito, dando paso a la conciencia corporal del espectador. Lo que discute Fried es que todo ello sea una experiencia superflua. Pero ello es una postura muy idealizada, debido a no atender que cada persona tiene predisposiciones distintas para captar una obra. Lo superfluo para unos es sobrecogedor para otros. 

El arte minimal nace con intenciones claras hacia la creación y la recepción de significados, como también lo menciona Pérez: el rechazo del expresionismo abstracto que se proclamaba expresión libre de la subjetividad de un mundo administrado"(Pérez 2003:205); el minimal tiene un sentido, en primera instancia, político. Definitivamente ello esta alejado se un movimiento artístico son fines decorativos. Ahora bien, con respecto a la teatralidad expuesta por Michael Fried, ciertas características del minimal como el espacio y la realción con el espectador son símiles al teatro; no obstante el objeto minimal sí va más allá de eso, como formula Francisca Pérez  "platea el problema de la objetividad y subjetividad del modo mas abstracto posible, es decir, más obvio posible" y en esta dinámica el espectador es capaz de sentir y reproducir memoria única,  en tiempo y espacio. En este punto podemos hablar de la muerte del autor es el nacimiento del lector. 




Imagenes

Fg.1. Carl Andre The Maze and Snares of Minimalism, 1993
Descripción de Carl Andre: “JuddMorrisAndreLeWitt desprovistos de sus doctorados en bellas artes”


Fg. 2
Frank Stella
Luis Miguel Dominguín, 1960
Pintura de aluminio sobre lienzo, 244 x 183 cm

 Fg. 3
Tony Smith
Die, 1962.

Acero, 183 x183 x 183 cm

 Fg. 4
Robert Morris
Sín Título (L-Beams), 1965-1967.

Fibra de vidrio, tres unidades de 244 x 244 x61 cm cada una

 Fg. 5
Robert Morris
Sín Título (Box for standing), 1961
Abeto, 188 x 63.5 x 27cm

Fg. 6
Donald Judd
Sin Título, 1964.
Plexiglás fluorescente rojo y acero laminado, 51 x 122 x 86 cm

 Fg. 7
Donald Judd
Sin Título, 1990 (primer prototipo en 1965).
Aluminio anodizado negro y plexiglás de color bronce.
10 unidades de  15 x 68 x 61 cm cada una.

 Fg. 8
Carl Andre
Lever, 1966.
137 ladrillo refractarios puestos en línea recta
National Gallery of Canada

Fg. 9
Carl Andre
144 Aluminum Square, 1967.
Aluminio, 366 x 366 cm
Foto de Fred W. McDarrah / Getty Images

  Fg. 10
Sol LeWitt
Serial Project No. 1 (ABCD), 1966
Aluminio esmaltado al horno, 51 x 414 x 414 cm.

 Fg. 11
Dan Flavin
The nominal three (to William of Ockham), 1964

Luz fluorescente dicroica, A: 244 cm



Fg,  12
Richard Serra
Fotografía de Gianfranco Gorgoni

  Fg. 13
Richard Serra
Hause of cards, 1969.
Cuatro placas de plomo, 48 x 48 cm cada una.
Colección de Familia Grinstein, Los Angeles

 Fg. 14
Richard Serra
Casting, 1969
Instalado en Whitney Museum of American Art, New York, 1969
Fg. 14
Richard Serra
Shift, 1970
Seis secciones de concreto,
Instalando en King City, Ontario,  Canada
Colección de Roger Davidson, Toronto. 

Fg. 16
Robert Morris
Two columns, 1961 (destruida)
                      





[1] Véase pagina 17 de Arte minimalista de James Meyer, 2011.
[2] “el arte constructivista privo a la obra de todo tipo de afecto y de unicidad  con objeto de incentivar al espectador proletario” (Meyer 2011:19-20)
[3] Es el contenido interno y privado del artista, este vuelca todo ello por medio del gesto artístico a la obra. (Pérez 2003:17-18)
[4] este se construye en la comunicación e interacción social, entonces el sentido de la experiencia se da cuando es reconocida por los demás y por los demás en nosotros. (Pérez 2003:17-19)

Bibliografía

Didi-Huberman, George
2011 [1992], Lo que vemos y lo que nos mira, Traducción de Horacio Pons, Buenos Aires: Manantial.

Krauss, Rosalind
1988 [1986] Richard Serra Sculpture. The Museum of Modern Art : New York

Meyer, James
2011. Arte minimalista. Phaidon:Barcelona.

Pérez, Francisca
2003. Arte minimal, Objeto y sentido. La balsa de las medusa: Madrid



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