martes, 6 de diciembre de 2016

“No soy paz, soy guerra”: Poesía, cuerpo, institucionalidad artística y memoria en la obra de Regina José Galindo



Apunte familiar

María Regina José Galindo nació, el 27 de agosto de 1974, en la Ciudad de Guatemala. Es la menor de cinco hermanos, tres hombres y dos mujeres, y, como ella misma afirma (Galindo 2016), su predisposición por usar su “cuerpo como medio” proviene de familia, ya que sus dos abuelas, especialmente la materna (Rosario) quien dirigía sesiones de espiritismo en Nueva York, practicaron “artes ocultas”. Su padre, Guillermo, fue juez evangélico en Guatemala y, antes de que la artista cumpliera doce años, le ayudó a que se agregará un tercer nombre masculino. Su madre, Aura, fue una lectora voraz y acompañó a la artista durante sus primeras presentaciones. Cuando tenía treinta y tres años, conoció a su esposo, el también performer Karma, durante una visita a República Dominicana, y vive con él y su única hija, Isla, en Guatemala. Durante su embarazo, Galindo continuó realizando sus actividades artísticas e, incluso, ha realizado algunas de ellas con la colaboración de su familia como en America´s Family Prison (San Antonio, Texas, EE.UU., 2008).

Incursión en el arte

Debido a que la Escuela de Artes Plásticas no tenía carácter universitario y que su familia no podía costear una universidad privada, donde además solo podía seguir publicidad o diseño gráfico, su madre le sugirió que estudie secretariado para auto sustentarse. Al terminar el curso, empezó a trabajar en una empresa de publicidad, de ahí pasó a Prensa Libre y, finalmente, a la agencia Wach’alal donde trabajó hasta el 2005[1]. A través de las diseñadoras Jessica Lagunas y María Adela Díaz, conoce al fotógrafo Luis Gonzáles Palma quien la invitó al Proyecto de Arte Independiente (PAI), el cual aglutinaba a un grupo de artistas guatemaltecos ya reconocidos. Con ellos, presenta El dolor en un pañuelo, en la muestra colectiva “Sin pelos en la lengua” (Plaza G&T, Ciudad de Guatemala, 1999). Gonzáles también la ayudó a financiar su primer poemario, Personal e intransmisible (Coloquia, Ciudad de Guatemala, 2000).

Al mismo tiempo, empezó a frecuentar la Casa Bizarra, un grupo de jóvenes poetas vinculados a la música y la vida nocturna. Así, participó en el II Festival del Centro Histórico, con su célebre performance Lo voy a gritar al viento (Arco de Correos, Ciudad de Guatemala, 1999). Sin embargo, paulatinamente se iría alejando de este grupo por problemas con sus miembros. 

Otra gran influencia en su carrera sería la de su compatriota Aníbal López, conocido como A-1 53167, con quien trabajaría colaborativamente antes de su muerte en el 2014.

En el 2001, viajó por primera vez a la Bienal de Venecia y, en el 2005, ganó el León de Oro por su trabajo Himenoplastia (Colectivo Cinismo, Ciudad de Guatemala, 2004), lo que significó su consagración definitiva en la escena artística internacional. En la actualidad, reparte su tiempo entre las invitaciones a universidades y galerías de EE.UU. y Europa (especialmente a Italia), y su vida familiar en Guatemala.

Obras



[1] “Pasé muchos años siendo secretaria, con mucho disgusto: teniendo que ir de taconcito, de minifalda, muy arregladita, sirviendo café” (Galindo 2010).

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