Por: Yeni
Maldonado S.
“Toda obra de arte es hija de su tiempo,
y con frecuencia es madre de nuestros
sentimientos”
Wassily Kandinsky, nace en Moscú el 4 de
diciembre de 1866 en , su padre fue un comerciante de té, debido a ello se
aleja en más de una ocasión de su amada Moscú. Sus padre se separan, y el niño
se refugia en los cuentos fantásticos y la poesía. A ello se suma el
alejamiento con la mamá, él la recordara como “belleza sobria y grave,
sencillez exquisita y una energía indomable”; es así como asocia
antagónicamente la figura materna con Moscú, creando el leit
motiv en sus obras de ‘Madre Moscu’. (Düchting
1999:8)
Desde joven se inclina por las artes pero
decide formarse en el derecho y la economía. Lleva una excelente vida
profesional hasta 1896, cuando el físico Antoine Henri Becquerel descubre la
radioactividad, este hecho sacudió los fundamentos científicos de la época y al
propio Kandinsky quien relata “En mi espíritu equiparaba la desintegración del
átomo como la del mundo entero. De repente cayeron los muros más firmes; todo
parecía inseguro, vacilante y débil. No me hubiera extrañado si ante mis ojos
una piedra se hubiese disuelto en el aire volviéndose
invisible.” (Düchting 1999:10)
En 1896, con 30 años de edad, Kandinsky decide
dar un giro y conquistar sus inquietudes artísticas dormidas, no será una
acción precipitada, pues considera que tienen la madurez suficiente para realizarse
como artista. Viaja a Múnich, el centro del arte para esa época. En
1892, se funda la Secesión de Múnich: espacio que pone en movimiento los
rígidos frentes creados entre el naturalismo de la escuela de Múnich, el
historicismo académico y las tendencias simbolistas. Ese
mismo año se funda la revista Jugend de (juventud) espacio gráfico
para el nuevo estilo, desde ese medio declara que “no hay un error mayor que
creer que la representación detallada de la naturaleza es
arte”, él integrara estos grupos, iniciando su vida como artista del nuevo
movimiento. (Düchting 1999:13)
La cantante, 1903
Cromoxilografía, 19,5 x 14,5 cm
Sobre lo espiritual en el arte fue
escrita en 1910 y publicada en 1912. Sin embargo, las inquietudes de
Kandinsky provienen de años atrás, en 1903 realiza el
grabado La cantante, esta obra guarda estrecha relación con la
tesis del libro: Klang (el son). (Düchting 1999:17-37)
Introduce al texto afirmando que cada época tiene
un arte propio. El intento de reproducir el arte del pasado, será como
engendrar un niño muero. No debemos revivir las emociones del pasado, si lo
intentamos seremos como el mono, con acciones imitativas carentes de sentido.
No obstante, es innegable alguna similitud en todas las épocas, en diferente
intensidad todos tienen aspiración espiritual, esto explica el uso de formas
parecidas. Aquí, Kandinsky, asemeja el arte de su contexto con la de los
hombres primitivos: “por la renuncia intuitiva a lo externo”.
Prosigue con una severa crítica a la filosofía
materialista llamándola “pesadilla”. Las almas en este periodo lleva el germen
de la desesperación, sin fe, sin metas y sentido. Cuando despiertan y ven la
luz, dudan: si es el sueño o la temible realidad (la pesadilla). Entonces el
alma se vuelve frágil, como una vasija vieja, producto de las dudas y el
desasosiego materialista. Sin embargo, este periodo fortalece algunas almas por
medio de la lucha y el sufrimiento, estas buscaran ascender. Si el alma es de
un artista, este ya no gustara de emociones intensas, contrariamente, querrá
despertar sentimientos sutiles, indescriptibles y desconocidos, solo visible
para el espectador con gran sensibilidad. Actualmente, el espectador está
acostumbrado, al retrato (imitación), al impresionismo (interpretación de la
naturaleza) o al stimmung (supuesto estado de ánimo). Todas
ellas cumplen como alimento espiritual, solo si son auténticamente artísticas.
Permiten que el alma no se estanque en la ignorancia externa.
Describe detalladamente la dinámica de las galerías
de arte y museos, criticando la nula comunicación entre la obra y el
espectador. “las almas hambrientas se van hambrientas, la muchedumbre camina
por las salas y encuentra las pinturas ‘bonitas’ y ‘grandiosas’. El hombre que
podía decir algo no ha dicho nada y el que podría escuchar no ha oído nada”, el
estado del L’art pour l’art[1]. El
artista estará interesado en la satisfacción económica, llevándolo a
competir con odios, intrigas y celos. El espectador es sensible a ello y se
aleja.
Afirma que hay diferencias entre el ‘arte nuevo’ y
el de periodos pasaos: el primero es externo “no tiene porvenir”, nunca
crecerá, esta castrado y perecerá cuando pase la atmósfera que lo
creo; el segundo tiene base interna, lleva “el germen del futuro”, no es
solo eco de su tiempo, el sí evoluciona y lleva una gran energía
profética.
El movimiento
Describe la vida espiritual como
un triángulo dividido en partes desiguales, la superior es la más angosta y
pequeña. Se mueve, lento, hacia delante y hacia arriba. El vértice superior
representa el hoy que al ascender será el mañana:
“lo que hoy es comprensible para el vértice de arriba y resulta una tontería
incomprensible para el resto del triángulo, mañana será razonable y con sentido
para la segunda sección de éste.” En este vértice agudo, a veces, hay un
hombre, que contempla la gran vista, pero a vece se entristece por lo que ve.
Suele ser incomprendido y llamado loco. Beethoven será un buen ejemplo,
ninguneado en su época, y llevara muchos años para ser comprendido por las
secciones inferiores. Pero este hombre, no siempre, es un artista; será todo
aquél que lleve el germen del futuro, con un excepcional manejo de sus sentidos
y amplia compresión del alma humana.
Los artistas están en todas las secciones de
triángulo, solo algunos serán profetas; los que tengan poca sensibilidad o
desinterés en elevar sus pensamientos, ejecutaran un arte con fines bajos
(económicos y desde el ego). Su arte será de fácil asimilación, por ello
aceptado por las masas de su sección. Engañaran a las almas, con hambre
de pan espiritual, dándoles el supuesto arte puro. Las almas se resignaran a
ese arte, iniciando un envenenamiento de las secciones inferiores y así
progresivamente comienza el descenso veloz de las almas. Una epidemia que
genera épocas decadentes, mudas y ciegas, el triángulo parece quieto. Celebran
los bienes materiales y desarrollos tecnológicos superficiales, pero se burlan
y subestiman las fuerzas espirituales.
Las pocas almas que no se pierden en la pesadilla
materialista, deben cultivar infatigablemente en su talento (des lo interno) y
en ocasiones desde el cautiverio para no ser absorbidas por ‘la noche
espiritual’. Por otro lado, los artistas hijos del materialismo, siguen
perfeccionando su técnica, suponen hacer grandes obras que son apreciadas,
solo, por sus colegas o los mecenas. Sus obras tendrán, para Kandinsky, el
corazón frió y el alma dormida, que provocará la indiferencia del
espectador, para sobrevivir a ello se concentraran en grupos y auto validaran sus
obras.
Sin embargo, Kandinsky, considera que
siempre habrá un artista que se cuestione desde el “como”, que es la luz
antes mencionada; quizás no sea un profeta, pero hace la diferencia al
cuestionarse. El ‘como’, es la emoción espiritual del artista, el camino
que seguía lo llevará al reencuentro con el ‘que’. Asegura el ‘como’ como el
cuerpo y el ‘que’ el alma del arte. Por ello, son inseparables y su unión una
experiencia plena.
Luego realiza una crítica directa a su tiempo,
asegura que el triángulo espiritual parece estancado, por una de sus bases, la
más extensa y que se alimenta del credo materialista. Ellos se proclaman ateos,
algunos dicen: 'dios ha muerto', desde el concepto económico son socialistas.
Las masas de las secciones bajas del triángulo estas acostumbradas a ser
guiadas y saben acoplases al pensamiento de su tiempo. Creen en frases como la
de Virchow “he disecado muchos cadáveres y nunca he encontrado una alma”.
Revisan textos de Scheweitzer y Marx. En este contexto: la ciencia, las
artes, la literatura, la música, son consideradas solo si se puede medir y
comprobar. Los otros campos de estudios los llamarán ‘disparates’.
Sin embargo, existe un temor entre ellos, que solo
los audaces admite. Al tener una formación intelectual se dan cuenta, en cierta
forma, de una pirámide; es decir saben que lo formulado anteayer fue rebatido
por la de ayer, para luego ser sustituido por el hoy y comprenden que el mañana
es potencialmente aniquilador de los anteriores. Entonces se ven construyendo
sobre bases frágiles por ser constantemente rebatibles. No se saben capaces de
resolver este problema; recuren a las academias en busca de teorías válidas,
pero tienen de guía un arte externo. Ignoran, aún, que este arte es para
el pasado, jamás regirá el futuro.
Es a partir de aquí que Kandinsky propone la
intuición como el camino para reencontrarse. Esta teoría será la luz ante la
posible destrucción de una estructura tan frágil. Las personas espirituales
verán la caída de muros pero se mantendrán a salvo por una fuerza indescriptible.
Los no caídos, serás los sabios profesionales que se cuestionan e investigan
incansablemente; ellos serán los encargados de erigir nuevamente la pirámide, y
podrán superar los límites físicos, saben que no hay fortalezas inexpugnables.
Volverán hacia el espiritual, antes ninguneado como ‘charlataneria’ y los
milagros adquirirán consideraciones en el ámbito académico. Se mira a los
pueblos primitivos, se investigan sus métodos, como la filosofía milenaria del pueblo hindú. Un caso
particular son las sesiones espirituales en la criminología[2].
H. P. Blavatsky
Una de las sociedades más reconocidas será la
Teosófica, fundada y dirigida por Madame Blavatsky, tras su viaje a la India
recoge métodos milenarios de su cultura para resolver los problemas del alma y
lograr el autoconocimiento. Por medio de La clave de la Teosofía expone
doctrinas que serán la base para el movimiento que se vislumbra, una promesa de
salvación para los corazones desesperados y asegura que la tierra será el
cielo en el siglo XXI. Según Nietzsche, cuando las bases de la religión, la
ciencia o la moral se ven en riesgo de derrumbarse, el hombre aparta la vista
de lo exterior y se dirige hacia sí mismo. Las artes, son el sector más
sensible y serán los primeros en percibir el giro espiritual. Un camino
libre en búsqueda de lo inmaterial de las almas sedientas.
Kandinsky, propone ejemplos en las diferentes
artes:
En literatura, considera a Maurice Maeterlinck como
unos de los primero profetas después de la época decadente. Este autor,
desagrada de la palabra, esencialmente cuando sirve de nombre. Considera que
esta sin ser objeto conduce a la imaginación, y despierta una
vibración trascendente en el corazón. Los medios verdaderamente
interiores no pierden tan pronto su fuerza y eficacia. Por ende su obra nos
introduce a un mundo fantástico, sobre natural con personajes que parten de la
oscuridad espiritual, que buscan en las tinieblas y sobre las que se cierne una
fuerza invisible, un miedo desesperado. Construye atmósferas artísticas,
castillos, noches de luna, pantanos, viento, lechuzas, etc. Las obras llevadas
al teatro juegan con objetos simbólicos, para estimular al espectador,
considera que al insinuar las fuerzas naturales en el escenario, lograra transcender
la emoción en la mente del espectador. La palabra tiene dos
significaciones, externa e interna. La segunda es la que utiliza la poesía y la
literatura.
L’Oiseau bleu, Maurice
Maeterlinck
En el campo de la música, reconocerá a R. Wagner
por sus composiciones de atmósfera espiritual, que puede transmitir
el espíritu de un héroe por medio del sonido. También destaca a los músicos
rusos, Mussorgsky, Debussy y Skriabin, por renunciar a la belleza habitual.
Así mismo, el compositor vienés Arnold Schönberg, también renuncia a la belleza
convencional, pero aporta algo más, la vivencia musical ya no es acústica es
puramente anímica.
Arnold Schönberg
En la pintura reconoce las formas abstractas como
el medio próximo a lo espiritual, resalta a tres artistas completamente
diferentes. Rossetti, quien se une a los prerrafaelistas y revive formas
abstractas; Böcklin, quien trabajo formas mitológicas y de leyenda, bajo la
abstracción; finamente Segantini, hace paisajes en forma y detalle abstractos.
También menciona a Cezanne, como investigador de nuevas leyes de la formas.
Destaca la capacidades del artista para elevar la nature morte a
un nivel donde los objetos parecen vivos, transmite las cualidades
pictóricas internas para causar resonancia. Muy semejante es Henri Matisse que
pinta personas o cosas desde la intensión de representar lo divino en cada una
de ella. Sin embargo, aclara, que hay en él una fuerte base impresionista,
alguno de sus cuadros serán externos.
Finalmente, Pablo Picasso, sigue los imperativos de
la autoexpresión. Destruye la materia por medio de la fragmentación en
distintas partes. Para Kandinsky, Matisse será el color y Picasso la forma.
La pirámide
La diversidad de artes en periodos cortos podrá ser
el camino a la espiritualidad; y la tendencia hacia lo no natural, lo
abstracto, lo interior, tendrá un fin único: el autoconocimiento. Por ello
regresan al estudio de la tonalidad espiritual interna en los objetos y el
material.
En esta pirámide de artes, Kandinsky, pone como
expresión suprema a la música, por ser la más abstracta. Las diferentes
artes pueden servirse unas a otras, solo para comprender como utilizan estas
sus medios. Por ejemplo: la música tiene resultados inasequibles para la
pintura, pero no tiene algunas de sus cualidades. La música utiliza el tiempo y
las dimensiones; la pintura no, pero tiene la facultad de presentar el
contenido de la obra en un instante. La música no toma formas de la naturaleza,
por lo contrario, la pintura depende de estas formas.
Todas las artes marcan límites externos, pero
interiormente son similares. Al unirlas nacerá el arte de hoy, el monumental.
La unión de los tesoros ocultos de las artes construirá una pirámide espiritual
que se puede elevar al cielo.
Los efectos del color
En principio el efecto del color es físico, su
belleza y cualidad podrán satisfacer; sin embargo esta sensación externa es de
corta duración. Para Kandinsky la sensación debe ser más profunda así crear
vivencia psicológica. Los objetos desconocidos, al primer contacto, nos
generan sensaciones fuertes, después de saber sus cualidades, la curiosidad
desaparece. Afirma, que por medio del conocimiento el mundo pierde misterio.
Por otra parte, el ser humano conoce más cualidades de los objetos y de los
seres; y es muy probable que desarrolle una gran sensibilidad para sentir el
interior de los objetos, hasta escuchar un sonido interior.
El color jugara un rol muy importante, sus diferentes tonalidades pueden impregnarse en el espectador según su intensidad. Kandinsky asemeja el amarillo limón con el tono alto de una trompeta, este efecto estridente genera una conmoción emocional. Ellos también pueden generar efectos externos, el color rojo provoca dolor, por su parecido a la sangre. Entonces se deduce que los colores no afectaran solo la vista, también a los demás sentidos. De manera que la fuerza psicológica del color provocará una vibración anímica directa al alma humana, una vibración similar al sonido.
Los seres sensibles podrían vibrar en diferentes
partes al mismo tiempo, con un solo estimulo. Coma las personas que
poseen sinestesia. Kandinsky, explica la vibración del color en el
alma así: el artista es la mano de pianista, la tecla es el color, el
martillo es el ojo del espectador y el cuerpo del piano el alma.
El lenguaje de las formas y los colores
El sonido musical tiene acceso directo al
alma; para Goethe, el hombre lleva la música en sí mismo. Para Kandinsky existe
un parentesco entre las artes, en especial la música y la pintura. Goethe será
una guía a estas ideas, con el concepto de encontrar el Klang ‘bajo
continuo’ en la pintura, así evolucionar al sentido abstracto y alcanza
composición puramente pictórica. Solo requiere de color y forma.
La forma puede existir para representar lo real o
no, como delimitación; el color pensado es ilimitado, pero necesita
límites al representarlo físicamente. En la mente el color es puro, al
representarlo físicamente se puede alcanzar distintos matices. Los milites,
también, servirán para separarlos en tonos, y no modificar la característica
subjetiva por contacto con otro tono.
La forma y el color tendrán dinámicas especiales, cada una por su parte tienen sonidos internos, al juntarse pueden elevar una
emoción o calmarla. Para explicar esto, Kandinsky hace una comparación entre
las composiciones en forma-color y el aroma que pueden llevar.
La forma encierra un elemento interno, “toda forma
tiene un contenido interno del cual es expresión.”
El artista consiente, utiliza su alma e intenta
formas más expresivas que lo real. Se da cuenta que es inútil copiar imágenes
reales, e intentar arrancarles un tipo de expresión. Es ahí cuando el artista
se propone objetivos netamente pictórico. Para lograrlo tendrá dos dificultades
que tiene que ver con la forma: la composición general del cuadro y la creación
individual de cada forma.
El artista puede trabajar con formas orgánicas o
abstractas, pueden mezclarse o no, cada una lleva un sonido interno único, para
lograr componer se debe buscar armonía en la unión de estos sonidos. En este
juego, se puede lograr armonía o caos, es el riesgo que corre al unir formas
orgánicas con abstractas. Finalmente, se percata que algunas formas abstractas
pueden sustituir a las orgánicas, ahí comienza la eliminación de formas
orgánicas; sin embargo, para hacerlo debe reconocer el parecido en el sonido
interno y escoger la forma abstracta adecuada, de lo contrario apagará la
composición del cuadro.
Señoritas de Avignon, Pablo
Picasso
"cuanto menos oculto este el elemento
abstracto de la forma,
más primitivo y más puro sonará” (Kandinsky , pag.
52)
Se pueden crear composiciones básicamente
abstractas donde se suprima las orgánicas, la constancia en
ello facilitara la creación del artista y el espectador afinara su
sensibilidad.
En este punto Kandinsky se cuestiona si es
preferible dejar lo figurativo por lo abstracto. Pero reconoce dos riesgos: la
abstracción puede suprimir vibraciones importantes de figuras orgánicas;
así mismo esta libertad lleva consigo la omisión de obligaciones, olvidando
trasmitir el sonido.
Ahora bien, las figuras que componen la obra pueden
modificar su sonido interno si se asocian a otras formas y al cambiar su
objetivo. En consecuencia, nada está dicho. Solo la intuición del artista será su guía para composiciones armónicas y transcendentes. Al inicio
parecerá un problema pero terminara enriqueciendo al arte. Kandinsky asume que
será positivo pues al generar misterio crea más interés en las almas que
contemplan estas obras y genera buscar el leit-motiv.
El color y la forma, generan un contrapunto
pictórico, su unión compondrá la obra. Kandinsky revela tres ‘necesidades
místicas’: el artista como creador, el artista y su tiempo, y por ultimo como
un servidor del arte. Afirma que la impresión social y la individual del
artista no trascenderán pues se quedan como eco su tiempo, pero el tercero, es
lo puro y eternamente artístico, permitirá a la obra llevar el sonido
interior al futuro.
Todos los medios son sagrados y necesarios mientas
muestren la necesidad interior, por el contrario, sacrílegos, si no muestra
nada. El arte actúa sobre la sensibilidad por lo tanto solo puede actuar
atreves de ella.
Kandinsky describe, los colores con vibraciones en
tonos, emociones y sensaciones, unos ejemplos:
“estos sentimientos no son más que determinados
estados anímico. Pero los tonos de los colores, al igual que los musicales, son
de naturaleza más matizada, despiertan vibraciones anímicas muchos más sutiles
que las que se pueden expresar con palabras” (pag. 76)
Teoría
Se busca el Klang 'bajo
continuo' pictórico. Kandinsky, afirma que la emancipación de la
naturaleza está en su comienzos, la construcción sobre una sabe
puramente espiritual requiere de una largo trabajo. No se trata de
destruir los lazos con la naturaleza, si se hiciese eso sería
una composición de formas decorativas.
La abstracción no será el fin en la búsqueda de
la necesidad interior. Sin embargo es muy importante como camino. Aún
estamos ligados a la naturaleza porque adquirimos formas de ella;
pero, hasta qué punto podremos abstraerlas. Bien, aquí la intuición del
artista será la guia para crear con la libertad.
El fin de arte es crear un dialogo en intercambio
de emociones. Entre el arte y el espectador, no obstante su fin no
es dar relatos coherentes. Si pretendemos que estas composiciones se
expliquen rompemos su espiritualidad
Finalmente nos habla de la danza, en sentido
primitivo, esta expresión sería el primer arte
monumental: tendrá un sonido interno, que puede ser expresados por
las distintas artes al mismo tiempo. Efectivamente en ella convergen el
movimiento musical, el movimiento pictórico y la danza en sí. El
triple efecto del movimiento interno "la imprecisión externa es
aquí coherencia interna"
La obra de arte y el artista
El artista está dotado de fuerzas activas y
creativas. La obra de arte va a crear una atmósfera espiritual. Será
necesario que el pintor cultive su arte y su alama, para que esta pueda
calibrar el color por sus propios medios y producir
vibraciones anímicas puras.
Su arte no debe ser ni exacto ni
equilibrado, ni anatómico o exacto, pero sí llevar una
fuerza útil que sirva al desarrollo y a la sensibilidad del
alma humana. De este modo, apoyar al movimiento de triangulo
espiritual. Entonces, el arte es el lenguaje que habla al alma, si
el arte deja de hacer esto, creara un vació. El artista se debe ponerse al
servicio del alma humana, tiene obligaciones y deberes.
Finalmente, por medio de esta teoría el arte se
acerca a la composición consciente y racional que está ligada al
nuevo reino espiritual.
Bibliografía
Düchting, Hajo
1999
Wassily Kandinsky, una revolución pictórica.
Alemania: Taschen.
Kandinsky, Wassily
2014
Sobre lo espiritual en el
arte. Primera reimpresión. Mexico: Colofon S.A
[1]Es: “la eliminación de los sonidos internos, que
son la vida de los colores, la dispersión de las fuerzas del artista en la
anda”
Me encantó.
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