Historiografía del Arte 2013-1
Análisis comparado de Juan Downey y Hal Foster
Letícia Larín Platzeck
Senra
¿Vago espiritualismo, cámara, chamán, u obsolescencia?
En el presente ensayo, se propone
analizar la imagen del indio selvático en obras donde Juan Downey (Santiago,
1940-Nueva York, 1993), busca “por una mirada alternativa de las Américas”1, a luz de discusiones incitadas por
Hal Foster, en El artista cómo etnógrafo2, y por la noción de chamán ofrecida
por Eduardo Viveiros de Castro, en Perspectivismo y multinaturalismo en la
América indígena3. Esos
interlocutores, subentienden el objetivo de discutir cuestiones pertinentes a
la contemporaneidad, catalizadas por trabajos artísticos de Downey realizados a
partir de 1975, año en que “decidió vivir durante siete meses –un tiempo largo–
con unos Yanomami en Venezuela, junto con su esposa Marilys y su hijastra
adolescente Titi.”4 Ese conjunto de
obras, se inserta en la trayectoria de uno de los “pioneros del videoarte y de
la videoinstalación en los Estados Unidos, a mismo título que Nam June Paik (Seúl,
1932-Miami, 2006), Frank Gillette (Nueva York, 1941) o Peter Campus (Nueva
York, 1937). Estos artistas se caracterizaron por montar una forma de arte
discreto, que explotaba el potencial del video como agente transformador de la
experiencia perceptiva.” En medio al contexto general de propuestas que “forjaron
una crítica de las emisiones televisivas“, bajo “obras fuertemente
comprometidas con las identidades personales y comunitarias”5, las imágenes producidas por Downey,
de tema aparentemente ajeno al repertorio occidental, se enmarcan en
discusiones urgentes y actuales, que enlazan texto y obsolescencia
utilitarista, y apuntan impedimentos a la pérdida de vínculo con prácticas
modernas.
Michael Taussig6 recuerda que «el final de los años 60
y principios de los 70, era un periodo caracterizado por una renovada “búsqueda
de lo primitivo”»7, inseparable
de corrientes que enriquecían al marxismo, y fomentaban repentinas apariciones
de indígenas actuantes en el escenario político, cómo ocurrió en Australia. “En
Colombia, el indigenismo se convirtió de la noche a la mañana en un
movimiento importante en el ámbito político nacional. En 1968, se creó el
International Work Group for Indigenous Affairs en Europa, y al mismo
tiempo nació el American Indian Movement (AIM)
en los EE. UU.”8 En ese contexto, “los
estudios culturales y el nuevo historicismo, a menudo pasan de contrabando un
modelo etnográfico (cuando no sociológico)”, que puede resultar de una proyección
ideal sobre el campo del otro, plasmado como “auténticamente indígena”, sino “innovadoramente
político”.9
Para Foster, ese “contexto de
proyecciones y reflexiones da lugar a dos problemas, el primero metodológico,
el segundo ético.”10 La cuestión
metodológica se refiere a la importancia suprema dada al texto, sea por los
artistas, sea por la crítica del arte. Stuart Hall11
cree que esa validación del lenguaje textual, tuvo su origen
en la crítica literaria, que expandiéndose a la cultural, y después a la ideológica,
logró una amplia definición de la cultura, que más debería nombrarse antropológica12.
Janice Radway comparte de la misma idea, del “paso de una “definición
literario-moral de cultura a una antropológica”13, y
Foster se queja de que haya el reconocimiento de una base etnográfica, sin el cuestionamiento
de sus motivos, “al menos cuando se adopta en los estudios culturales y el
nuevo historicismo”.14 Aunque la literatura sea
vista como “una parte del sistema de signos que constituyen una cultura dada”15,
lo que ocurre generalmente es una aproximación entre “crítica textual” e “interpretación
antropológica”, donde la cultura es reformulada como texto.16 De
esa confusión metodológica, se exprime la confusión ética. Con los detentores
de las nociones más avanzadas acerca la antropología humana, articulando como
titereros, teorías vaciadas de sustancia, se justifica el grave cuestionamiento
de Foster17: «¿podría “la ideología teórica común que
en silencio habita en la "conciencia" de todos estos especialistas
(...) estar oscilando entre un vago espiritualismo y un positivismo
tecnocrático18?”» Ese marasmo mental,
resultaría en la ética problemática, que admira el otro “como lúdico en la
representación, subversivo en su género, etc.”.19
Ilustración1: Timothy Asch y Napoleón Chagnon; The Ax Fight – From the Yanomamo series (La Lucha Ax – De la serie Yanomamos); 1975; 30 min; A colores; Imagen en <http://www.der.org/films/ax-fight.html>Ilustración 2: Juan Downey; Imágenes del video The Laughing Alligator (El Cocodrillo que Ríe); 1979; 27 min.; Blanco y negro, a colores, sonido; Imagen en SMITH 2011:85
Esa mirada subversiva posibilita la supuesta
venda de “más de un millón de copias” del libro del antropólogo Napoleón
Chagnon, Yanomamo: The Fierce People (La Raza Feroz), publicado en 1968,
además del interés de “innumerables estudiantes universitarios” por películas
etnográficas, realizadas con el profesor de Harvard Timothy Asch, cómo Magical
Death (Muerte Mágica) de 1971, y The Ax Fight (La Lucha Ax) de 1975
(Ilustración1), “quienes tendrían que estar deslumbrados por aquella visión
promulgada del hombre primitivo genéticamente predispuesto a matar para poder
procrearse”.20 Además de la incapacidad de
distinguir el verdadero del falso en esas películas, si parece que en 1992, Tim
Asch confesó “que uno de los momentos más memorables en The Ax Flight,
un golpe sonoro que según Chagnon había sido un hachazo que dejó a un hombre
inconsciente, en realidad era el sonido del mismo Asch pegándole a una sandía
en un estudio”21, “no se revela, sin
embargo,” «que los indios han sido pagados para recrear eventos como la “pelea
con hachas” como si fueran reales, y como, gracias a la U. S. National Science
Foundation y la U. S. Atomic Energy Comission, ha habido una cantidad de
equipos de filmación y de investigación cuyo impacto, supuestamente, ha sido el
de generar verdaderos conflictos entre pueblos indígenas, como también propagar
enfermedades».22
El proceso de vivir por meses, junto a los
Yanomami, propone, por parte de Downey, la búsqueda de naturalidad y convivencia.
El artista encontró las ocurrencias que registró, en el cotidiano, en cuanto cambiaba
con los Yanomami, sea registros culturales, compañía, o temores; en cuanto
dedicaba un tiempo de su vida, al aprendizaje junto a esos indios. Un
aprendizaje que vivió, y no que explicó. Downey no se limita a enseñar imágenes
que presentan el salvaje al occidental, sino que “mezcla fetiches (Ilustración
2) como una forma” “de collage” narrativa, bastante representativa de un
escenario colonial, infiltrado por “canales múltiples”23.
El emblema curioso que denota el contraste entre, Napoleón Chagnon llamar raza
feroz, y Juan Downey constatar la “risa continua”, puede traslucirse a
referentes de la ya referida autoridad desmedida, que el texto desempeña en la
actualidad. Taussig nos adjunta más críticas a las producciones de Asch y
Chagnon, diciendo ser «un signo revelador que tales películas comienzan
magistralmente con un mapa que llena la pantalla, en el que un punto o una
flecha nos indica dónde vive la gente que está siendo filmada: así, nos “orientan”
Ilustración 3: Juan Downey; Hepewe’s head from above (Cabeza de Hepewe desde arriba); 1976-77; Fotografía; Imagen en SMITH 2011:32Ilustración 4: Juan Downey; Opening in the shabono (Apertura en el shabono); 1976-77; Fotografía; Imagen en SMITH 2011:32
desde el comienzo, y jamás podrá uno perderse.»
Esa saturada muestra de autoridad etnográfica y científica, que está siempre “señalando”,
continúa con narraciones acompañadas de imágenes tomadas a distancia de los
indios, “como especímenes en un laboratorio”, y termina dejando el espectador
con la impresión de que una “vez más, la ciencia triunfa”, y que ha de
agradecerse, tales sujetos expertos.24 No
conozco la erudición de Downey acerca el significado del término waiteri,
traducido por Chagnon cómo feroz, y por especialistas más recientes, cómo
“una sutil combinación de valor, humor y generosidad”25,
pero su conducta ética hacia ese pueblo de distinta cultura, se aclara ya al
inicio de The Laughing Alligator, cuando expone su deseo de ser comido
por «los indios de la selva tropical del Amazonas, “no como auto-sacrificio,”
nos asegura, “sino como una demostración de la máxima arquitectura, para
habitar, para morar física y psíquicamente adentro de los seres humanos quienes
finalmente me comerían.”»26
Para tratar el peligro anteriormente mencionado 27,
de que un vago espiritualismo inste la conciencia culta posmoderna,
tocaremos la expuesta en obras de Downey, haciendo analogía a una metáfora de
autoría del mismo artista (Ilustraciones 3 y 4), que fue resumida por Valerie
Smith28: “El centro del shabono se revela al cielo
abierto al igual que la coronilla de la cabeza de” Hepewe29 “está
afeitada, permitiendo a los espíritus que entren a su alma.” Este permiso de un
cuerpo a ser incorporado por otra alma, e intención de un alma en habitar otro
cuerpo, fueron dos funciones articuladas constantemente por Juan Downey, en
cuanto habitante del terreno Yanomami. El artista utilizó la cámara de video,
según la noción ergonómica primaria de cualquier utensilio humano, que es ser
percibido y percibirse, cómo prolongamiento del cuerpo. Extinguiendo de la
filmación, la construcción previa, y procurando mantener en la edición, el
temblor de la imagen, que es nada más que un prolongamiento artificial de la
respiración rítmica del cuerpo moviente, Downey ofrece una muestra casi viva,
con una cámara que está “siempre en movimiento –sin prisa, pero en movimiento.
La paleta de colores cambia. La canoa continúa deslizándose hacia un reino
extraño de superficies móviles. Ahora el joven está derecho, lo vertical vuelve
a ser vertical y la gravedad ha sido restablecida. Ahora la pantalla se llena
con el diseño pintado en marrón oscuro sobre la piel marrón clara del cachete
del joven. Ahora vemos un remo anaranjado-marrón, exquisitamente tallado,
siendo sumergido y
Ilustración 5: Juan Downey; Imágenes del video The Laughing Alligator (El Cocodrillo que Ríe); 1979; 27 min.; Blanco y negro, a colores, sonido; Imagen en SMITH 2011:48Ilustración 6: Juan Downey; Imágenes del video Guahibos; 1976; 25:10 min.; A colores, sonido; Imagen en SMITH 2011:95
extraído; ahora el remo está siendo utilizado,
con movimientos diestros, para sacar agua del fondo de la canoa; ahora el
remador está sacando agua con sus manos”30 (Ilustración
531). La analogía a la metáfora, de la posesión
espiritual de un cuerpo extraño, nos brinda Viveiros de Castro32,
al explicar que “la buena interpretación chamánica es aquella que consigue ver
que cada acontecimiento es, en realidad, una acción, una expresión de
estados o atributos intencionales de algún agente”. En ese caso, no se trata de
buscar medios de representar experiencias, actitud que sería mediada por el
problemático texto articulado, que debe traducir una condición, en código; se
trata de interpretar circunstancias significativas, de un modo coherente. ¿Empero,
coherente a qué, coherente a quién? Marilyn Strathern33 observa
“que los objetos de interpretación, humanos o no,” según regímenes epistemológicos
parecidos al amerindio, presuponen “la personeidad (personhood) del que
está siendo interpretado”. Eso significa que el “éxito interpretativo es
directamente proporcional al orden de intencionalidad que se consigue atribuir
al objeto o noema”, ya que un “ente o un estado de cosas que no se presta a la
subjetivación”, que no establece relaciones sociales “con el sujeto cognoscente”,
es un “factor impersonal”, y por eso “resistente al conocimiento preciso”.34 Si “en
el mundo naturalista de la modernidad, un sujeto es un objeto insuficientemente
analizado”, para “la convención interpretativa amerindia”, “un objeto es un
sujeto incompletamente interpretado. Para esta última, es preciso saber
personificar, porque es preciso personificar para saber.”35 “Así
pues, lo que se encuentra haciendo interpretaciones son siempre
contra-interpretaciones…”36 Un método que Downey
utiliza para contra-interpretar sus sujetos, que acá nos interesa, sitúa la cámara,
utensilio que capta
la interfaz entre Downey y nosotros, en el mismo lugar que un sudor exprimido
por el cuerpo en calentamiento; nos supone en la eyaculación que se libera en
respuesta a una situación límite. Downey torna la captación exprimida
visceralmente por su cuerpo, el sujeto de nuestra contra-interpretación. Esa
exhalación corporal, si establece algún tipo de relación social con nosotros,
nos incorpora en Juan Downey, y miramos bajo su perspectiva. Con eso, Downey no
solamente, comprueba dejarse infiltrar por la cosmovisión de los Yanomami, sino
que nos presenta un canal de acceso, al puesto del chamán. Viveiros de Castro
dice en algún momento “que el chamanismo es una arte política.
Ahora digo que es un arte política.”37
Hal Foster38 entiende
que, en los casos donde “los giros textual y etnográfico dependen de un único
discurso”, no se puede obtener “resultados verdaderamente interdisciplinares”.
Me parece utópica la creencia en el logro de ese tipo de resultado, si
consideramos que no sea necesario redactar el nombre del sujeto comentado
anteriormente, al cual la coherencia se moldea, para que tal sujeto se
comprenda instantáneamente. Teniendo cualquier sujeto, potencial interpretativo
interdisciplinario, la contra-interpretación de un sujeto, por concretizarse en
el tiempo, se logra solo parcialmente. Por supuesto Viveiros de Castro rebate
un “principio que postula que se debe atribuir a un organismo el mínimo de
inteligencia, conciencia o racionalidad suficientes para dar cuenta de su
comportamiento”39, o sea, que las teorías
sencillas acerca un sujeto, tienen más probabilidad de estar correctas que las
más complejas. Ese pensamiento reduccionista puede ser llamado de navaja de
Occam, y en “efecto, la maraca del chamán es un instrumento de tipo
enteramente diferente de la navaja de Occam; esta puede servir para escribir
artículos de lógica, pero no es muy buena, por ejemplo, para recuperar almas
perdidas.” Ojalá esté claro, que la navaja de Occam entreteje utilitarios, que
al terminar su tarea, se tornan obsoletos.
1 TAUSSIG, Michel. 2011. “Una lección de cómo ver y reír: El increíble
video Yanomami de Juan Downey, The Laughing Alligator”. SMITH, V. Juan
Downey: The Invisible Architect, p. 214. Leipzig: MIT List Visual Arts
Center, Bronx Museum of the Arts – Pöge Druck.
2 FOSTER, Hal. 2001 [1996]. “El artista como etnógrafo”. El
retorno delo real. La vanguardia a finales del siglo, pp. 175-208. Madrid:
Akal.
3 VIVEIROS DE CASTRO, Eduardo. 2004. “Perspectivismo y
multinaturalismo en la américa indígena”. GARCÍA HIERRO, Pedro. Tema
Adentro: territorio indígena y percepción del entorno, pp. 37-80.
Copenhague: IWGIA.
4 TAUSSIG op. cit.:214.
5 MELLADO, Justo Pastor. 2009. “Muestra Efecto Downey: El Plano”. Fundación
Telefónica – Arte y Tecnología: un paso más en la difusión del arte y la
cultura. Buenos Aires. Consulta: 2 de julio de 2013.
<http://www.espacioft.org.ar/VerExposicionPasadaEfectoDowneyMuestra.asp>
6 TAUSSIG op. cit:214.
7 “Reflejada en el título del influyente texto de antropología en
1974 de Stanley Diamond, el profesor marxista del New School en Nueva York,
subtitulado A Critique of Civilization” (TAUSSIG 2011:214).
8
TAUSSIG op. cit.:214.
9
FOSTER op. cit.:188.
10
FOSTER ídem.
11
FOSTER ídem, nota 34.
12
“Stuart Hall, para tal constatación, se basa en “los
estudios culturales británicos en el Birmingham Centre”. “Citado en
Brantlinger. Crusoe's Footprints, cit., p. 64” (FOSTER ídem).
13 También propiciada por el Birmingham Centre junto con los
programas de estudios americanos (FOSTER ídem).
14 Son autores fundamentales del nuevo y referido historicismo, que
procura interpretar la cultura con implicaciones de amplitud antropológicas,
Stephen Greenblat (1890. Renaissance Self-Fashioning), Geertz, James
Boon, Marv Douglas, Jean Davignaud, Paul Rabinow y Victor Turner (FOSTER ídem).
15 LOUIS ALTHUSSER, Philosophy and the Spontaneous ldeology of the
Scientist & Other Essays, Londres, Versan, 1990, p. 4 (FOSTER ídem).
16 FOSTER ídem.
17 LOUIS ALTHUSSER, Philosophy and the Spontaneous ldeology of the
Scientist & Other Essays, Londres, Versan, 1990, p. 97 (FOSTER ídem).
18 Esos términos son presentados en letra negrita, pues cuñan problemáticas
que serán profundizadas adentrando la práctica de Downey, una en el presente
capítulo, y otra en el ulterior.
19 FOSTER
op. cit:188.
20 TAUSSIG op. cit.:215.
21 GREGORY, Juno. 2000. “Macho Anthropology”. Salon Media Group.
Consulta: 2 de julio de 2013. <http://www.salon.com/2000/09/28/yanomamo/>
(TAUSSIG ídem).
22 “Para una crítica esclarecedora de la obra de Chagnon y la escuela
de antropología científica y sociobiológica en la que se basa, ver SAHLINS,
Marshall (2000 “Jungle Fever”. The Washington Post. Diciembre 10, X01.)”
(TAUSSIG ídem, nota 7).
23 TAUSSIG ibid.:218.
24 TAUSSIG ibid:215.
25 SAHLINS (TAUSSIG ídem, nota 8).
26 TAUSSIG ibid.:215.
27 FOSTER op. cit.:188.
28 SMITH, Valerie. 2011. “Juan Downey, El Arquitecto Invisible”. Juan
Downey: The Invisible Architect, p. 210. Leipzig: MIT List Visual Arts
Center, Bronx Museum of the Arts – Pöge Druck.
29 Cambié el vocablo Yanomami, utilizado por Valerie Smith,
por Hepewe, para aproximarnos de la postura downeyana, que trata el
sujeto fotografiado, por su nombre propio.
30 TAUSSIG op. cit.:217.
31 La ilustración 6, presenta un movimiento de cámara semejante al de
la ilustración 5, y sirve para ejemplificar la constancia de rasgos comunes,
entre títulos distintos de producciones de Downey, lo que nos posibilita, por
veces, trabajar obras en colectivo.
32 VIVEIROS DE CASTRO 2004: 44.
33
STRATHERN 1999:239 (VIVEIROS DE CASTRO ibid.:70, nota 18).
34 VIVEIROS
DE CASTRO ibid..:44.
35
VIVEIROS DE CASTRO ídem.
36
STRATHERN 1999:239 (VIVEIROS DE CASTRO ibid.:70, nota 18).
37
VIVEIROS DE CASTRO ibid.:44.
38 FOSTER
op. cit.:188.
39 DENNET 1978:274 (VIVEIROS DE CASTRO
op. cit.:70, nota 17).
Bibliografía
GREGORY, Juno
2000 “Macho Anthropology”. Salon Media Group.
Consulta: 2 de julio de 2013. <http://www.salon.com/2000/09/28/yanomamo/>
FOSTER, Hal
2001 [1996] “El
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2009 “Muestra Efecto Downey: El Plano”. Fundación
Telefónica – Arte y Tecnología: un paso más en la difusión del arte y la
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<http://www.espacioft.org.ar/VerExposicionPasadaEfectoDowneyMuestra.asp>
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2011 “Juan Downey, El Arquitecto Invisible”. Juan
Downey: The Invisible Architect, pp. 205-213. Leipzig: MIT List Visual Arts
Center, Bronx Museum of the Arts – Pöge Druck.
TAUSSIG, Michel
2011 “Una lección de cómo ver y reír: El increíble
video Yanomami de Juan Downey, The Laughing Alligator”. SMITH, V. Juan
Downey: The Invisible Architect, pp. 214-218. Leipzig: MIT List Visual Arts
Center, Bronx Museum of the Arts – Pöge Druck.
VIVEIROS DE CASTRO, Eduardo
2001 “Perspectivismo y
multinaturalismo en la América indígena”. A inconstância da alma selvagem,
pp. 347-399. São Paulo: Cosac & Naify. [ed. cast.: VIVEIROS DE CASTRO,
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HIERRO, Pedro. Tema Adentro: territorio indígena y percepción del entorno,
pp. 37-80. Copenhague: IWGIA]
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