Biblioteca Warburg - Hamburgo 1930 |
Los aportes de Aby Warburg a la Historia del Arte no se limitan a su innovador acercamiento interdisciplinario al estudio del arte o a la creación de la Iconología. Su obra y su vida están indesligablemente unidas a la Biblioteca que lleva su nombre, reflejo de su ser y sus ideas.
El origen de la Biblioteca forma parte de la leyenda personal de Warburg, en la que él cede su primogenitura a su hermano Max -y con ello el manejo de los negocios de la familia-, a cambio de que este le costeara de por vida todos los libros que él deseara obtener. La afición por la lectura y la investigación no abandonarían nunca a Warburg, y este sería el origen, el núcleo que daría inicio a la Biblioteca.
Estudio en el hogar de Warburg, con el núcleo de la Biblioteca |
Fritz Saxl (en Gombrich:1992) menciona que ya a los 20 años Warburg coleccionaba sistemáticamente todos los libros que creía necesarios, y ante el elevado costo de ciertas colecciones únicas, convenció a su familia de que estas eran los cimientos de una biblioteca para futuras generaciones. Hacia 1904, su biblioteca ya era bastante considerable, lo que le hizo pensar en un primer momento en donarla al momento de su muerte a alguna institución pública. Pero su experiencia como investigador en diversas bibliotecas europeas, explorando campos que iban desde el arte a la religión, de la religión a la literatura y de la literatura a la filosofía, le llevaron a crear una biblioteca singular y única, que, a diferencia de las de la época, permitiera al estudiante "vagar" de estantería en estantería, entre libros que reunieran diversas ramas de la civilización humana, y descubrir relaciones nuevas entre diferentes ideas.
Un punto muy importante de su proyecto fue el que Warburg creyera fervientemente que la iniciativa debía venir del sector privado, pues en su opinión el gobierno nunca estaría dispuesto a crear un instrumento de este tipo. Las instituciones culturales eran financiadas por el gobierno, pero una biblioteca privada, que además era reflejo, en su peculiar orden, de la mente y el estilo metodológico de investigación de su creador, era algo totalmente inédito. Por otro lado, es evidente que esto le permitiría tener control sobre las características singulares de su proyecto, como veremos a continuación.
La disposición de los libros reflejaba "cualquier progreso realizado en su sistema de pensamiento o cualquier nueva idea sobre la interrelación de los hechos" (p.300), pues constantemente reagrupaba los libros, cambiándolos de sitio una y otra vez. "La biblioteca cambiaba con cada cambio producido en su método de investigación y con cada variación de sus intereses", nos dice Saxl. Y es que Warburg quería expresar a través de ella sus ideas sobre la historia de la humanidad.
El orden sistemático de los libros, donde había que seguir, confiar, en la información dada por una ficha, no era adecuado a las ideas de Warburg. El creía en la "ley de la buena vecindad": agrupaba los libros según la afinidad -en mayor o menor grado- de la información que contenían, aunque a primera vista pareciese lo contrario, comenzando por el título.
Fool studies, y sus colegas relacionados. |
En 1909 Warburg se compró una casa -que su familia y sus biblioteca compartirían- en el 114 de Heilwigstrasse, y contrató un asistente. Todos sus posteriores asistentes vendrían de las canteras académicas. Hacia 1911 la biblioteca ya era conocida y con una reputación creciente, y en 1913 ya contaba con un staff administrativo y de investigación, entre ellos muchos futuros eruditos de la Historia del Arte. Los atraía la riqueza bibliográfica de la biblioteca, que poseía tanto libros fundamentales sobre diversos temas, así como publicaciones raras y muy interesantes, a decir de Saxl. Warburg tenía un ojo agudo para los libros esenciales, que a decir de él, fue un logro conseguido a base de la experiencia y trabajo duro.
Fritz Saxl |
Hacia 1914 nació la idea de crear un Instituto de la cual la biblioteca formaría parte. Warburg no sólo contaba con riqueza bibliográfica, también había iniciado una colección fotográfica y esto atraía a "fervientes alumnos y seguidores". La idea era atraer al instituto a estudiantes e investigadores alemanes y extranjeros, con los que Warburg compartiría su método de trabajo. Pero el estallido de la Primera Guerra Mundial detuvo los planes.
Hacia 1921, Warburg sufrió una crisis mental, y la biblioteca quedó en manos de Fritz Saxl, quien hizo algunas reformas para permitir que ésta siguiera funcionando adecuadamente, contando con la colaboración de la historiadora del arte Gertrude Bing,
además de continuar con la política de adquirir libros (en la época contaban con 20.000 volúmenes). Saxl también dió paso a la creación del Instituto de Investigación, y contó con la ayuda de profesores excepcionales, muy ligados a la biblioteca, como Ernst Cassirer (Filosofía), Erwin Panofsky (Historia del arte), Karl Reinhardt (clásicas), etc. y una serie de eruditos extranjeros (belgas, italianos, holandeses e ingleses). La biblioteca paso de privada a Institución pública, y el Instituto comenzó a publicar las conferencias y estudios realizados anualmente.
G.Bing, Warburg y Saxl en 1928. |
La casa original no tenía la infraestructura adecuada para una institución en constante crecimiento y se hicieron planes para cambiar de locación. Warburg regresó en 1924 e insistió en el carácter íntimo de la biblioteca, oponiéndose a llevar los libros a otra institución. Un solar anexo a la casa era propiedad suya desde 1909, y a pesar de su estrecho espacio, Warburg ordenó construir allí un edificio adecuado que complementaria el espacio de la casa original.
El nuevo edificio tuvo sala de conferencias (a la vez sala de lectura), anaqueles altos, espacios adecuados para la colección fotográfica, acústica adecuada, cuarto de huéspedes, estudio fotográfico, maquinaria moderna para la época, sótano para vivienda. Fue inaugurado en 1926.
Entrada y salón de conferencias |
La fachada con las siglas de la biblioteca: Kulturwissenschaftliche Bibliothek Warburg |
Warburg fallece en 1929, a la vez que aparecen las primeras amenazas a la institución. El Crack de 1929 redujo el presupuesto de la bublioteca, que sin embargo continuó con esfuerzo trabajando. Los colaboradores extranjeros no dejaban de llegar, pero ya en 1931 se encontraron con atisbos de interferencia política (p. 308).
Para 1933, la situación era insostenible. No sólo se amenazaba la independencia de la institución (que veía cesar sus funciones por presión nazi), sino que además, la mayoría del staff se veía amenazado por ser de raza judía -como lo fue el mismo creador de la biblioteca-. La idea de emigrar, de trasladar la biblioteca a otro país, surgió como única solución, y aunque colegas holandeses e Italianos ofrecieron alojamiento en sus respectivos países, no podían asegurar apoyo económico para la biblioteca (e Italia no era precisamente más segura que Alemania). Fue Edgar Wind, a través de colegas amigos de Inglaterra, quien consiguió los contactos iniciales que a través de una cadena de relaciones sociales logró finalmente los fondos necesarios para trasladar la biblioteca hasta Londres.
Obtener el permiso de traslado, y salir de Alemania fue otra dificultad a sortear. Con el suspenso propio del drama de la época, se envió una invitación desde Inglaterra para que la Biblioteca "visitara" dicho país por tres años. Fue medianamente afortunado que las autoridades hamburguesas estudiaran el pedido y no directamente las autoridades del Reich en Berlín. Mientras algunos se mostraban reacios a dejar ir la biblioteca por sus valiosos libros, otros encontraban ideal relocalizar los libros en instituciones nazis, y otro tanto, analizando la realidad del staff , dificil de relocalizar -como los libros- en la comunidad nazi por razones filosoficas, religiosas y raciales, opinaban que debían dejarlos ir "junto con sus libros". Esta última opinión ganó, no sin antes pedir el "donativo" de 2.000 volúmenes de libros relacionados a la Primera Guerra Mundial, cosa que el staff de la biblioteca cumplió de inmediato.
Las autoridades no dieron permiso, sin embargo: simplemente decidieron ignorar, dar la espalda, a la transferencia de los libros y el equipo humano a Londres. Pidieron no dar publicidad al hecho, cosa que incluso los ingleses cumplieron meticulosamente.
No sólo fueron 60.000 volúmenes de libros, filminas,los papeles de Warburg, las fotografías, pupitres, las estanterías desarmadas y otros equipos sensibles los que se trasladaron por un pequeño barco de vapor,desde Hamburgo hasta el puerto de Londres. Iba además un grupo humano de seis académicos de pronto desarraigados de su patria, salvando no sólo un tesoro de conocimiento, sino, dramáticamente, también sus vidas, llevando además los restos de la educación clásica alemana, que no resistiría el embate nazi.
Pronto llegaron otros refugiados alemanes, como Ernest Gombrich, que encontrarían algún contento en la compañía y la exigua ayuda que les podían dar sus colegas del Instituto Warburg. Lord Lee de Fareham les cedió en principio Thames House, un gran edificio de oficinas (aunque luego se mudarían a otro emplazamiento), y Samuel Courtauld, gran mecenas, les brindó apoyo económico.
Antiguo Imperial Institute Buildings, desde 1937 sede de la Biblioteca (Londres) |
Nos dice Saxl que la llegada del Instituto y la biblioteca a Inglaterra coincidió con un interés creciente en este país por el estudio de los documentos visuales del pasado, por lo que su método de estudiar las obras de arte como expresión de una época atrajeron a eruditos más jóvenes, dando impulso a la institución. Esta, a su vez, al tener reconocimiento, pudo ayudar a la oleada de investigadores refugiados contactándolos con otras instituciones que les darían trabajo y apoyo.
En 1936 la Universidad de Londres acogió en sus instalaciones al Instituto warburg. Pero al estallar la Segunda Guerra Mundial, los libros debieron ser evacuados por segunda vez, ésta vez al campo. Tras su fin, regresaron a Londres, y se renovó el mobiliario del edificio, construyendo nuevas instalaciones. En 1944, el Instituto quedó bajo la protección de la Universidad de Londres.
Entrada del Warburg Institute |
Emblema de la biblioteca |
Grabado de 1472 |
El emblema de la biblioteca Warburg aparece sobre la
puerta del Instituto y en todas sus publicaciones. Tomó como modelo un
grabado alemán de 1472. Cita al
Hexameron de San Ambrosio y
describe la interrelación de los 4 elementos de los cuales está hecho el
mundo: fuego, aire, agua y tierra.
Las categorías de Imagen, Palabra, Orientación y Acción
, constituyen las principales divisiones
de la biblioteca y encapsula su meta: estudiar la tenacidad de los símbolos e imágenes en el
arte y arquitectura Europeo (Imagen, 1er piso); la persistencia de
motivos y formas en lenguajes y literaturas occidentales (Palabra, 2do
piso); la transición gradual en el pensamiento occidental, de creencias mágicas a la religión, ciencia y filosofía
(Orientación, 3er & 4to piso) y la surpervivencia y
transformación de patrones
antiguos en costumbres sociales e instituciones políticas (Acción, 4to
piso). En otras palabras la
biblioteca busca
dirigir desde la imagen visual , como la primera etapa en
la conciencia del ser humano (Imagen) , al lenguaje (Palabra ) y luego a la religión
, la ciencia y la filosofía , todos ellos productos de la búsqueda humana para la Orientación , que
influye en los patrones de comportamiento y las acciones, que son la materia
de la historia ( Acción ).
La biblioteca aumento su colección de libros notablemente debido a una política de donaciones. Actualmente alberga más de 350.000 volúmenes, y mantiene su estilo de consulta abierta y su orden según temas.
En 1993, el local original de la biblioteca fue recuperado por la ciudad de Hamburgo, y desde 1995 funciona allí la Warburg Haus, que es utilizada para investigación cultural y artística, así como para talleres, coloquios y seminarios sobre historia del arte. También es sede del Center for Political Iconography. Está bajo la tutela de la Universidad de Hamburgo.
Warburg Haus - Hamburgo |
Cassirer, Max y Aby Warburg, Panofsky |
Bibliografía:
GOMBRICH, Ernest
1992 Aby Warburg. Una biografía intelectual. Madrid: Alianza Forma.
http://warburg.sas.ac.uk/library/
http://www.newyorker.com/magazine/2015/03/16/in-the-memory-ward
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