Rosalind Krauss (Washignton D.C., 1941) es una importante
historiadora del arte, especialista en el siglo XX, conocida por dirigir la
revista October desde 1976. A través
de la misma, difundió una forma de crítica artística de corte académico
influenciado por el estructuralismo y el posestructuralismo francés. Además, es
importante por su labor como formadora de nuevas generaciones de teóricos del
arte, entre los que destacan Yve-Alain Bois y Benjamin Buchloh. Entre sus obras
destacan The Originality of the Avant-Garde and Other Modernist Myths (MIT,
1985), The Optical Unconscious (MIT, 1993) y el texto para estudiantes
de pregrado Art since 1900 (Thames & Hudson, 2004). En esta breve
entrada hablaremos sobre el segundo de ellos.
El libro es un largo ensayo dividido en nueve capítulos y
escrito en un estilo bastante libre, sin embargo, no carece rigurosidad
conceptual. En cada capítulo, se intercalan lo que parece ser el cuerpo del
ensayo con algunas digresiones teóricos y personales de la autora, en cursivas,
lo que permite no solo completar sus puntos de vista, sino mostrarnos cómo se
construyeron histórica y biográficamente cada uno de ellos. Asimismo, el hecho
de que haya titulado cada uno como un número, da cuenta del avance y el
retroceso, casi musical, de su pensamiento desplegado a lo largo de la obra con
la intención de hacer que el lector acompañe, paso a paso, su modo de argumentar.
El primer capítulo, el más importante de todos, es el que
establece su metodología de análisis y la hipótesis que la ha llevado a
escribir este ensayo. Su propuesta central es que el Modernismo, que puede ser
definido como una “racionalidad óptica”, debe ser explicado desde la propia oposición
que busca desestabilizar: figura/fondo. Para ello, Krauss toma del
estructuralismo el Diagrama de Klein y lo utiliza para construir un cuadrado
semiótico en el que dicho par se invierte en un eje neutral:
no-fondo/no-figura. Pero, además, la autora propone que esta estructura fija
debe ser complementada con el Esquema L de Lacan, en el cual el psicoanalista propone
un modelo de la constitución del Sujeto. Para Krauss, la tensión dinámica que
genera esta segunda topografía le permite dar cuenta de un mismo proceso
ocurrido en el seno del arte modernista: la creación de un inconsciente en la
mirada, algo que no puede ser simbolizado y que se resiste a las pretensiones
más superficiales del Modernismo. Así, el resto del libro tiene como finalidad
ejemplificar esta operación.
El segundo capítulo, “Dos”, está dedicado a la obra de Max
Ernst en los años de entreguerra. El tercero, “Dos menos uno”, complementa lo
dicho en el primero sobre el isomorfismo entre el Esquema L de Lacan y el Grupo
de Klein. El cuarto, “Dos bis”, retorna a Ernst. El quinto, “Tres”, se centra
en la fabricación de aparatos por Marcel Duchamp. El sexto, “Cuatro”, trabaja
el concepto de la anamorfosis en los surrealista Salvador Dalí, Man Ray, Hans
Bellmer, Alberto Giacometti, Raoul Ubac y Jacques-André Boiffard. El siguiente
capítulo, “Cinco” está casi íntegramente dedicado a la obra de Pablo Picasso y
su relación con el psicoanálisis freudiano. El penúltimo, “Seis” es sobre
Jackson Pollock, artista recurrente en la obra crítica de Krauss, en las
décadas del 40 y 50. Finalmente, el último está centrado en las instalaciones
de Eva Hesse en los 60.
Consideramos que este ensayo plantea una discusión metodológica
en el terreno del arte. La solución de Krauss es que los principios de la
crítica (pos)estructuralista se oponen a los excesos de la historiografía
tradicional y encuentra elementos nuevos del Modernismo artístico como, en este
caso, su irreductible y reprimida contradicción interna.
Bibliografía
Krauss, Rosalind
1997[1993]
El inconsciente óptico. Trad.
de J. Miguel Esteban Cloquell. Tecnos: Madrid. Una versión más amplia de este artículo se encuentra en el blog El Trípode de Helena.
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