Por: Yeni Maldonado S.
“Sentir el aura de una cosa
es otorgarle
el poder de alzar los
ojos”
Walter Benjamin
Para establecer el arte minimal dentro de lo
decorativo o lo teatral, debemos conocer la intensión de los artistas al
desarrollar sus obras y las posturas críticas ante su origen y la respuesta que
género en su tiempo.
El arte mínima se desarrolló en 1960,
prolongándose durante los siguientes diez años. En sus primeros años se le
denominó como “arte ABC, arte del rechazo, cool
art y estructuras primarias”
(Meyer 2011:18). Desde sus inicios presento una postura artística de narración
diferente, imposibilitando su establecimiento tajante dentro de alguna
tendencia artística del siglo XX. Este conjunto de obras son consideradas un
“punto de inflexión entre el arte de la vanguardia, de la modernidad y el de la
postvanguardia y postmodernidad” (Pérez 2003:14). En estos diez años los
artistas afinaran la particularidad del objeto artístico hacia las
características minimal en su estructura visual, con de la pérdida del valor
material del objeto y del trabajo del artista. Los artistas más
representativos fueron: Franke Stella, Carl Andre, Donad Judd, Dan Flavin, Sol
LeWitt, Robert Morris, Richard Serra.
El movimiento minimal se desenvolvió en la
pintura y la escultura, pero está basado principalmente en obras escultóricas.
Sus características visuales son la simplicidad formal, la manufactura
industrial y la repetición (serialidad). Las piezas fueron realizadas en
fábricas y elaboradas por obreros calificados que seguían instrucciones del
artista, de este modo se erradica todo vestigio de emoción o de decisión
intuitiva (Meyer 2011:15). Al ser mostrados los materiales como tal, con
sus cualidades en color y textura, evitan expresar representaciones de la vida
real o imaginarias, el objeto en si “no representa nada como imagen de otra
cosa. No se da como el simulacro de nada” (Didi-Huberman 1992:35).
El espacio de exposición jugara un rol muy
importante para el objeto minimal, siento el único soporte de las obras, ya que
las piezas eran colocadas de forma directa en la pared o en el suelo, sin
peanas o altillos para exhibirlas. Carl Andre, en 1993, realiza The Maze and Snares of Minimalism,
una obra compuesta por nueve estructuras de penas ensambladas entre sí (fg.1),
el mismo Andre describiría esta obra como “JuddMorrisAndreLeWitt desprovistos
de sus doctorados en bellas artes” (Meyer 2011:15), debido a ser esta una
síntesis sarcástica del arte realizado por ellos mismo.
En sus inicios los artistas minimal no deseaban
ser considerados dentro de un movimiento artístico, jamás realizaron un
manifiesto, y por el contrario se promulgaron crítico de las tendencias como el
expresionismo abstracto y el pop
art. Sin embargo tuvieron
posturas analíticas de sus obras, que se expresaron en ensayos críticos y
generaron una cadena de teorías. Estos textos se dieron principalmente por
algunos de los artistas, que antes de serlo fueron críticos de arte; pero, a su
vez, tuvo detractores, en su mayoría historiadores y críticos del arte.
Uno de los primeros artistas y teorizadores del
minimal es Donald Judd, quien reafirma su disposición a los objetos de “diseños
sencillos, limpios, sin modular y de colores vivos, ejemplificados en la obra
de Barnett Newman y Kenneth Noland.”(Meyer 2011:18). De manera que la claridad
de estos objetos era fuente principal de su literalidad y especificidad. Todo
ello en contraposición del arte abstracto, el cual le disgustaba y consideraba ‘ilusionista’
[1]. Pero quien se acomoda mejor al interés de Judd será Frank Stella, en
sus pinturas de franjas, como Luis Miguel Dominguín (fg.2), estas líneas se ajustan al
formato del bastidor, brindando una experiencia de materialidad “presentando la
pintura como pintura y el lienzo como lienzo” (Meyer 2011:21) sin representar
más que su presencia. Tanto Judd y Andre, consideran que la ausencia de espacio
ilusionista es la diferencia con el expresionismo abstracto pero, también,
advierten que las obras de Frank Stella son solo el inicio al arte minimal.
Para James Meyer, los primeros artistas del
ABC, tenían influencias de los neodadaístas Jasper Johns y Robert Rauschenberg
y de los expresionistas abstractos Barnett Newman y Mark Rothko. Sin
embargo este arte se consolida en su reducción formal con los
vanguardistas rusos: Kasimir Malevich, Aleksandr Rodchenko, Vladimir Tatlin y
El Lissitzky, que venían de una “producción alternativa propuesta por los
constructivistas, dictado por la función y la faktura”[2],
ello debido a la publicación que hiciera Camilla Gray en Estados Unidos en 1962
de El experimento ruso en el
arte: 1863-1922 (Meyer
2011:20). No es un hecho casual que a partir de esta fecha los artistas minimal
potencien sus obras hacia objetos que solo se vean, como expone Didi-Huberman,
que simplemente se den a ver y en calidad de tal, impongan su ‘especifica’
presencia. (Didi-Huberman 1992:35)
En esta etapa podemos ver obras, como el cubo de Tony Smith, Die (fg.3) expuesta en 1962, de manufactura simple, el acero se exhibe
en su natural materia e “impone su opacidad en el centro de la habitación”, y
tal como afirma Francisca Pérez “su geometría impide el juego de
volúmenes y espacios que es el motivo habitual de la escultura, así como las
diferencias en las experiencia perceptiva que causa el objeto percibido desde
un punto de vista o de otro” (Pérez 2003:36), ello nos lleva a contemplar la
materialidad del objeto sin buscar ‘algo más’. Por los mismos años Robert
Morris realizas sus cajas, también objetos sencillos que pueden tener color o
no, lo importante para Morris es la experiencia que la obra brinde, más que sus
cualidades estéticas (color o forma) buscando una apariencia neutra (Pérez
2003:39), como el caso de Sin
Título (nube) de 1962, es una
estructura cuadrangular que cuelga del techo o Sín Título (L-Beams) (fg.4) de 1965-1967, son vigas en forma de L
dispuestas en distintas posiciones en el espacio. Una obra previa a las
mencionadas es Box for
standing (Caja para estar de pie) (fg.5) de 1961, la experiencia
perceptiva de este objeto tiene que ver con “una percepción significativa,
guiada por el título y por la colocación de la obra en el espacio y en relación
al espectador; es decir, asociada a objetos o a acciones cotidianas” (Pérez
2003:41). Para el propio Morris la simplicidad de las formas no es reductora de
formas exteriores, sino que las ordena. No hay disminución sino un
ordenamiento. (Didi-Huberman 1992:37)
A diferencia de Morris, para quien la cualidad
del material no es valiosa en sí misma, para Donald Judd sus objetos
metálicos, de madera o plásticas deben tener un acabo perfecto, pulcro e
impersonal en cuanto a su origen industrial, y llamará a sus obras
“objetos específicos” (Pérez 2003:42-43). Una de sus primeras obras será Sin Título (fg.6), 1964, realizado en
plexiglás fluorescente rojo y acero laminado; otra es Sin Título (fg.7), 1965, en aluminio
anodizado negro y plexiglás de color bronce, formado por diez unidades de
15 x 68 x 61 cm (cada una) y están espaciados de modo que la pared se percibe
como el fondo, aunque no llega a formar parte de la obra” (Pérez 2003:42). Para
Judd sus objetos no califican como escultura o pintura; considera que el
estatus escultórico no es dado por sus cualidades visuales estéticas o las
relaciones entre las piezas. Por el contrario defiende la simplicidad del
objeto minimal: “las formas, la unidad […], el orden y el color son
específicos, agresivos y fuertes” (Didi-Huberman 1992:36). Todo ello, nos
llevara a una ‘experiencia específica’, que significa apreciar un objeto
independiente de todas sus condiciones exteriores.
Entre los objetos minimal elaborados para ser expuestos en
serie, tenemos Carl Andre, Dan Flavin y Sol LeWitt. Las obras se Andre son
objetos repetidos pero dispuestos juntos en bloques como las obras: Lever (fg.8) de 1966, que está formado por 137 ladrillos
puestos en el suelo en linea recta o 144
Aluminum Square (fg.9) de
1967, formado por planchas de Aluminio; también, son objetos elaborados en
fabrica, con apariencia fría, pulida, brillante o de carácter humilde como los
ladrillos y debido a su carácter inestable puede ser montado en distintos
espacios. Las características de las obras de Carl Andre serán su manipulación
constructiva, su horizontal visión (desde arriba), con ello estimula al
espectador (Pérez 2003:32-33), el visitante puede pasar a través de las piezas,
recostarse en ellas, abrazarlas y sentir su materialidad con más de dos
sentidos. Ahora bien, en el caso de las series minimal espaciadas, su
carácter no estará regido por el orden, ya que el número y posiciones de los
módulos puede ser arbitrario. Pueden ser como las plataformas de Judd y o como
las vigas en L de Morris; más aún la disposición ordenada de los elementos
mostrara una “gratuidad todavía más absurda” (Pérez 2003:50). En el caso de Sol
LeWitt, experimentara la creación en serie en sus Estructuras murales y luego en Serial Project No. 1 (ABCD) (fg.10) en 1966, estas piezas presentan ligereza
en su estructura y pre concebidas mediante fórmulas matemáticas.
Se ha querido entender el origen del Arte minmal
como un contrapunto en estética visual con el expresionismo abstracto o
el pop art, pero esta
contraposición va más allá de lo externo. En los primero años de la década
sesenta los artistas minimal se confundían con los del pop y no pertenecían al
mundo de la alta cultura o arte elevado. Sin embargo, muchos de los artistas se
sentían incómodos ante el action painting por considerarlo un arte
individualista, de composiciones confusas e internistas y que servía como
pantalla del gobierno estadounidense ante los álgidos conflictos sociales de
aquel momento. Es entonces que deciden apartarse del establishment
vanguardista cultural, y
presentar objetos con una ‘sencillez aplastante’, como Die de Smith o los Sin Título de Morris. Como señala Francisca
Pérez, llego un punto en que se tildo al arte minimal de frívolo,
intelectualoide y aburrido. Por ello Hall Foster y Rosalind Krauss van a
defender al arte minimal como el verdadero continuador de los principios
radicales de la vanguardia, pero también se expresa en estas discusiones la
contrariedad del arte minimal que pretende ser un arte ajeno a la alta cultura
pero al mismo tiempo discrepa de las expresiones pop y teoriza su creaciones.
(Pérez 2003:16)
En 1977, Rosalind Krauss publica Pasajes de la escultura moderna y expone al arte minimal como un
agente cultural que defiende la experiencia de la materialidad y las huellas
que el proceso productivo ha dejado en la superficie del objeto. A su vez
explica el rechazo del minimal hacia las nociones básicas de la estética
idealista, la concepción moderna del significado (el conocimiento) y la noción
cartesiana de mente[3].
Esto llevara a presentar la naturaleza pública del significado[4] de un modo más abstracto, eliminando
las características humanas de la escultura moderna y figurativa. (Pérez
2003:18-19)
Por otro lado, Clement Greenberg y Michael
Fried, consideran el expresionismo abstracto como la mejor expresión de la
vanguardia, y expondrán una postura contraria ante los objetos minimalistas
denominándolo un “Pseudo arte” que no manipula el material, no crea sintaxis,
ni sentido (Pérez 2003:15). Michael Fried, clasificara peyorativamente al arte
minimal como literal y teatral. Para Fried, el objeto minimal no trascenderá
del nivel literal, no reconoce en ello artisticidad por ende no brindarán
experiencia estética, expresa que las obras de arte tienen un propio lenguaje
que está construido por la composición (corrección e incorrección) de formas y
colores. Él aclara la inexistencia de una sintaxis y una gramática artística en
el objeto minimal, considerándolo una empresa fundamentalmente ideológica, un
asunto de palabras antes que nada. (Didi-Huberman 1992:41)
En cuanto al lenguaje de la obra de arte,
Rosalind Krauss, afirma que “no es la sintaxis lo esencial al lenguaje, sino la
repetición infinita del mismo gesto o signo. Poner una cosa detrás de la otra
es esa expresión de (l)iterabilidad.” (Pérez 2003:195). Pero la ‘colocación’
implica el uso de un espacio, Krauss señala la necesidad de un espacio y tiempo
para que el objeto repetido se convierta en signo, esto lo llama ‘experiencia
especifica’. Para ejemplificar la experiencia utiliza las vigas en L de
Robert Morris, asume que no importa saber si las L son iguales, la experiencia
que tengamos de ellas deriva de la posición en que se encuentre con respecto al
suelo. (Didi-Huberman 1992:37). Esta experiencia por ende puede cambiar según
el tiempo en que se mira y desde la postura que se mira, en consecuencia puede
ser reciproco. Esto puede dar una dialéctica intersubjetiva, generando
relación entre el objeto y el sujeto, pero no al dar una información o ilusión,
quiere dar un experiencia de dialogo, que varía según el tiempo. Frank Stella,
también advierte la experiencia especifica pero suma importancia al sujeto, que
es interpelado con fuerza y le crea una sensación de desconcierto ante el
objeto minimal. (Didi-Huberman 1992:36)
Los objetos minimal han utilizado el espacio al crear “un campo de
influencia que el espectador experimenta como creado por el objeto” (Pérez
2003:56), entonces las cualidades materiales que tenga el objeto son percibidos
desde la colocación espacial que tenga. Para Pérez, ello dotara de una dignidad
al espacio, trasladándolo al centro de la propuesta plástica pero a su vez
también el espectador es interpelado y convertido en eje de la exposición. Y
esta relación la podemos encontrar en los objetos en serie de Dan Flavin, The nominal three (to William of
Ockham) (fg.11) en 1964, en esta
construcción se pueden ver los objetos distribuidos continuamente, los
fluorescentes que utiliza Flavin “se percibe normalmente sin
pretensiones ilusionistas” (Pérez
2003:54) se muestra su materialidad en relación directa con el espacio,
esto permite que el espectador note el objeto, hablamos de la relación de este con el espacio y a su propia actividad espectadora.
Otro ejemplo en el arte minimal es Richard Serra(fg.12) , fue
quien exploro más la espacialidad, tanto en espacio cerrado como abierto, y
muchas veces uso la serialidad en sus obras. Claros ejemplos son: Hause
of cards (fg.13) de 1969, cuatro
placas de plomo apoyadas entre sí generando la imagen de un cubo similar a Die; luego, Casting
instalación realizada en 1969 (fg.14) y Shift (fg.15) en 1970,
seis secciones de cemento colocadas una tras otra en espacio abierto.
Las obras de Richard Serra podría ser claro ejemplo para explicar
la literalidad y teatralidad que postula Michael Fried sobre las obras del
arte minimal. Como ya se explico, para
Fried la escultura debe tener la representación de algo y expresarlo, ello convierte al
objeto en una expresión artística, por ende considera que el arte minimal
no muestra esa tensión, debido a ser directo, y esta literalidad sería lo
antropomórfico del minimal transformándose "en el
símbolo de un cuerpo desalmado, vació y autoritario".(Pérez
2003:202). Y este antropomorfismo, para Fried, sería el principal ingrediente
para que el arte minimal sea teatral, pero visto desde el lado superfluo
del teatro, como un simple espectáculo que cae en gracia (Didi-Huberman 1992:43).
George Didi-Huberman, explica lo teatral a
través de Two columns de Robert Morris (fg.16), dice
que el artista coloca los objetos bajos los protocolos de teatrales being an actor; explica que los paralelepípedos actúan
unos sobre otros y sobre el espectador mismo, tejiendo así toda una red de
relaciones, si bien son exactos y específicos se ven capaces de un
poder relacional apto dejarse ver de pie, cayendo o acostadas, incluso muertas,
es "sujeto de una latencia" agitado por un síntoma (Didi-Huberman
1992:39).
Fried, también advierte que el objeto
minimal contiene aura, que es según Walter Benjamin, la trama singular de
espacio y tiempo (espacio labrado o obrador) y que al sentir el aura
de un objeto nos causa extrañeza, el "sonderbar";
Didi-huberman explica que esta experiencia se dará desde una doble
distancia, desde la lejanía física y áurea entre los dos seres
encontrados, esta característica permitirá al objeto devolver
la mirada, ser una presencia real y no artística (Didi-Huberman
1992:93-94).Es así como el espectador minimal participa de la revelación de una
presencia, como la celebración de un rito, dando paso a la conciencia
corporal del espectador. Lo que discute Fried es que todo ello sea una
experiencia superflua. Pero ello es una postura muy idealizada,
debido a no atender que cada persona tiene predisposiciones distintas para
captar una obra. Lo superfluo para unos es sobrecogedor para otros.
El arte minimal nace con intenciones claras hacia
la creación y la recepción de significados, como también lo
menciona Pérez: el rechazo del expresionismo abstracto que se
proclamaba expresión libre de la subjetividad de un mundo
administrado"(Pérez 2003:205); el minimal tiene un sentido, en
primera instancia, político. Definitivamente ello esta alejado se un movimiento
artístico son fines decorativos. Ahora bien, con respecto a la teatralidad
expuesta por Michael Fried, ciertas características del minimal como el espacio
y la realción con el espectador son símiles al teatro; no obstante el
objeto minimal sí va más allá de eso, como formula Francisca Pérez
"platea el problema de la objetividad y subjetividad del modo
mas abstracto posible, es decir, más obvio posible" y en esta
dinámica el espectador es capaz de sentir y reproducir memoria única,
en tiempo y espacio. En este punto podemos hablar de la muerte del autor
es el nacimiento del lector.
Imagenes
Fg.1. Carl Andre The Maze and Snares of Minimalism, 1993
Descripción de Carl Andre:
“JuddMorrisAndreLeWitt desprovistos de sus doctorados en bellas artes”
Fg. 2
Frank Stella
Luis Miguel Dominguín, 1960
Pintura de aluminio sobre lienzo, 244 x
183 cm
Fg. 3
Tony Smith
Die, 1962.
Acero, 183 x183 x 183
cm
Fg. 4
Robert Morris
Sín
Título (L-Beams), 1965-1967.
Fibra de vidrio, tres
unidades de 244 x 244 x61 cm cada una
Fg. 5
Robert Morris
Sín Título
(Box for standing), 1961
Abeto,
188 x 63.5 x 27cm
Fg. 6
Donald
Judd
Sin Título,
1964.
Plexiglás
fluorescente rojo y acero laminado, 51 x 122 x 86 cm
Fg. 7
Donald
Judd
Sin Título, 1990
(primer prototipo en 1965).
Aluminio
anodizado negro y plexiglás de color bronce.
10
unidades de 15 x 68 x 61 cm cada una.
Fg. 8
Carl
Andre
Lever, 1966.
137
ladrillo refractarios puestos en línea recta
National Gallery of
Canada
Fg. 9
Carl Andre
144
Aluminum Square, 1967.
Aluminio, 366 x 366 cm
Foto de Fred W. McDarrah / Getty Images
Fg. 10
Sol LeWitt
Serial
Project No. 1 (ABCD), 1966
Aluminio
esmaltado al horno, 51 x 414 x 414 cm.
Fg. 11
Dan Flavin
The
nominal three (to William of Ockham), 1964
Luz fluorescente
dicroica, A: 244 cm
Fg, 12
Richard
Serra
Fotografía
de Gianfranco Gorgoni
Fg. 13
Richard Serra
Hause of cards, 1969.
Cuatro
placas de plomo, 48 x 48 cm cada una.
Colección
de Familia Grinstein, Los Angeles
Fg. 14
Richard Serra
Casting, 1969
Instalado en Whitney Museum of American Art, New York,
1969
Fg. 14
Richard
Serra
Shift, 1970
Seis
secciones de concreto,
Instalando
en King City, Ontario, Canada
Colección de Roger
Davidson, Toronto.
Fg. 16
Robert Morris
Two
columns, 1961 (destruida)
[1]
Véase pagina 17 de Arte minimalista
de James Meyer, 2011.
[2] “el
arte constructivista privo a la obra de todo tipo de afecto y de unicidad con objeto de incentivar al espectador
proletario” (Meyer 2011:19-20)
[3] Es el contenido interno y privado del artista,
este vuelca todo ello por medio del gesto artístico a la obra. (Pérez
2003:17-18)
[4] este se construye en la comunicación e interacción
social, entonces el sentido de la experiencia se da cuando es reconocida por
los demás y por los demás en nosotros. (Pérez 2003:17-19)
Bibliografía
Didi-Huberman, George
2011 [1992], Lo que vemos y lo que nos mira, Traducción de Horacio Pons, Buenos Aires: Manantial.
Krauss, Rosalind
1988 [1986] Richard Serra Sculpture. The Museum of Modern Art : New York.
Meyer, James
2011. Arte minimalista. Phaidon:Barcelona.
Pérez, Francisca
2003. Arte minimal, Objeto y sentido. La balsa de las medusa: Madrid
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