Creo
que la utilización del ruido para hacer música continuará y crecerá hasta que
logremos una música producida con instrumentos eléctricos que hará posibles a
efectos musicales todos y cada uno de los sonidos que pueden ser oídos. (…)
Mientras que, en el pasado, la discrepancia estaba entre disonancia y
consonancia, en el futuro inmediato estará entre el ruido y los así llamados
sonidos musicales.
-
John Cage
1937
(Cage
2002: 3-4)
“Esto
no es música”, una frase ardua y neciamente repetida desde el romanticismo
hasta nuestros días. Ya Beethoven recibió varias críticas de sus contemporáneos
aludiendo a su nueva forma de hacer música como “ruido” (obviamente en el
sentido peyorativo del término). Esto no lo parece por nuestra distancia histórica
y por cuanto han calado las revoluciones estéticas que incorporó Beethoven en
su música. Esto es interesante porque los siglos XIX y XX fueron, así como en
el resto de dimensiones de la sociedad occidental, unos de intensa transformación
de las prácticas musicales hasta llegar al punto de redefinir lo que es música.
Pero, hagamos esta pregunta de otras maneras: “¿qué es música?”, “¿qué es un
músico?”, “¿Cuál es el propósito de la música?” “¿Cuál es el rol del
compositor?”. Estas preguntas son importantes a la hora de entrar a la obra de
John Cage ya que este llega a definiciones y reelaboraciones radicales de estos
términos que (en sintonía con algunos de sus contemporáneos) llevan el
modernismo en la música a su máxima expresión y a un agotamiento radical. Así,
con John Cage atendemos a la unión de sonido y silencio, música y ruido.
También atendemos al intento de anular el “yo creador” en la obra (parecido a
Dada) y así dejar que los sonidos sean ellos mismos a través de procesos
aleatorios e indeterminados de composición. Es decir, que las composiciones se
asemejen al proceso azaroso de la naturaleza misma. Todo esto está altamente
permeado del pensamiento budista Zen que llego a él a través de D.T. Suzuki y
Alan Watts. Analizaremos estos aspectos de su obra en algunas de sus
composiciones más emblemáticas.
En
ningún momento tuvo Cage el perfil tradicional del compositor académico. Esto
es, ser compositor desde la infancia temprana y tener arduas clases de música
en estos momentos y desarrollarse como un virtuoso. Cage fue hijo de una
periodista y un inventor de inventos muy buenos pero inservibles (como su
famoso submarino que funcionaba a base de gasolina y que no podía ser usado
porque emitía burbujas de aire). Esto es importante porque marca su obra ya que
podemos ver una vena altamente poética y literaria (en sus conferencias y
escritos) y un aspecto altamente físico e inventivo en sus obras (como su piano
preparado). Ahora, Cage recién decidió centrarse en la composición musical a
los 22 años. Previamente quería ser escritor y luego pintor. Esto trae luz en
el carácter altamente interdisciplinario de su obra, que atrae los oídos de
personas en todas las disciplinas del ámbito artístico. A pesar de ser una
especie de “outsider” para el ámbito de la música, logró transformarla desde
adentro. Sin embargo, Cage sí tuvo instrucción musical con Arnold Schoenberg,
lo cual muestra su relación con las vanguardias de la primera escuela de Viena.
Como muchos de sus contemporáneos, el método dodecafónico y la ruptura con el
sistema tonal como dogma organizador de los sonidos era ya la base de sus
aprendizajes. Sin embargo, y como se queja Boulez, Schoenberg solo transformó
el aspecto armónico de la obra (relación entre las alturas), dejando intacto el
aspecto de la estructura, ritmo y forma (Ross 2007: 274). Así, Boulez llama la obra
de Schoenberg “the most ostentatious and obsolete romanticism” (Boulez 1968:
273). Cage, de forma similar entra a revolucionar estos aspectos que Schoenberg
había dejado de lado.
Uno
de los aspectos fundamentales de la obra de Cage es el énfasis que hace este en
las obras de percusión y en el ritmo. Por mucho tiempo el aspecto de base que
servía para la organización de las obras musicales fue la altura. Es decir, lo
que primó por casi 300 años fue el sistema tonal. Este dictamina como se
organizan las frecuencias sonoras de acuerda a su dimensión de altura (que tan
aguda o grave es una nota). Los demás elementos de la obra (como el ritmo,
estructura, timbre, etc.) quedaban sujetas a la prioridad del tono, de la
altura y su organización en estructuras armónicas. Ahora Cage lo que buscaba
era cambiar esta base de organización musical a tener como base unidades de
tiempo y que el tiempo sea lo que organice la pieza. Es por esto que Cage se
interesa al inicio por experimentar con piezas de percusión, ya que en la
tradición de la música académica es donde se encontraba el aspecto de ruido y
de indeterminación (en términos de frecuencias). Esto está claramente expreso
en su conferencia de 1937 titulada El
futuro de la música:
La música de percusión es una transición contemporánea desde la música influida por el
teclado a la música del futuro que dará cabida a todos los sonidos. Cualquiera
de estos sonidos es aceptable para el compositor de música de percusión;
explora el campo “no musical” del sonido, prohibido por la academia, en la
medida en que resulta manualmente posible. (Cage 2002: 5)
Así
Cage comienza a explorar el aspecto de “ruido” de los instrumentos, el aspecto
que no refiere al tono. Si seguimos con la distinción que hace Stockhausen entre
sonidos vocálicos (a, e, i, o, u) y sonidos consonantes (s, t ,r ,p), los
sonidos consonantes vendrían a ser lo que llamamos ruido y lo que se está
comenzando a explorar con estas composiciones tempranas de Cage (Stockhausen
2002: 375). Es decir, Schoenberg destruyó la armonía pero se quedó con la
división de tonos de los instrumentos de la tradición occidental. Cage estaba
obstinado en destruir la división entre ruido y música.
Para esto analicemos una
pieza percutiva que fue importante para el desarrollo temprano de Cage que fue
presentada en 1939: First Construction
(in Metal). Sobre esta escribe Stockhausen diciendo
que “Construction in Metal by John
Cage paved the way for a completely new development, independent of music with
tones. The beginnings of musique concrete
were stimulated by Varese and Cage, as well” (Stockhausen 2002: 375). Si bien el interés de Stockhausen es el de
establecer la influencia de Cage en la música electroacústica, podemos ver que
aquí comienza la destrucción de la división entre sonido y ruido. Esta
composición bebe muchísimo de la música tradicional de Indonesia, en específico
de los ensambles Gamelán. Este tipo de ensambles utilizan xilófonos
particulares que no se encuentran congruentes con las escalas de 12 tonos
occidentales. Si lo quisiéramos aplicar de alguna manera al sistema occidental,
tendrían microtonos (intervalos más pequeños que un semitono), lo cual para un oído
acostumbrado a la música de raíz europea resultaría altamente disonante. Así,
esta pieza está ejecutada por un ensamble de 6 instrumentistas y un asistente,
todos en instrumentos de percusión. Los instrumentos utilizados son: varios provenientes
de tradiciones locales asiáticas (como gongs japoneses y de bali, platillos
chinos y turkos, un gong de agua), instrumentos provenientes de la modernidad occidental
(tambores de freno de carro y placas de metal), yunques, un piano con varillas
entre las cuerdas (antecedente del famoso piano preparado), entre otros. La estructura
de la pieza implica una relación entre la estructura global con la estructura
local. Es decir, todo se basa en la serie de números: 4-3-2-3-4. La pieza
entera está dividida bajo estas proporciones, y una unidad vale por 16
compases. Ahora, cada unidad (de 16 compases) también está dividida en partes
de acuerdo a esta misma proporción. Vemos que la estructura total de la pieza
se reproduce a nivel micro. Sin embargo, esta estructura solo refiere a la
longitud de las secciones ya que dentro de estas estructuras, Cage explora
libremente con los ritmos y texturas de ruido. Esta forma de estructurar la
obra es de suma importancia ya que será un patrón común en las obras tempranas
de Cage.
First Construction (in Metal) - John Cage
Creo que este interés de
John Cage por estos formatos se ve influenciado por Henry Cowell, un importante
compositor experimental estadounidense. Henry Cowell fue pionero en estructuras
rítmicas como esta, la utilización de percusiones étnicas y en el utilizar las técnicas extendidas del piano
(utilizar los sonidos que produce un instrumento más allá de la función a la
cual fue asignado tradicionalmente). Una composición clave que se ve como
influencia es Ostinato Pianissimo de
Cowell (1934) que también plantea un ensamble de solo percusión influenciado
por los ensambles Gamelán, el uso de un piano modificado para propósitos percutivos,
el uso de objetos cotidianos para hacer música (como cuencos para arroz) y el
uso de percusiones étnicas.
Ostinato Pianissimo - Henry Cowell
Ahora, este interés por
la percusión lleva a Cage a desarrollar mejor la idea de intervenir un piano.
Este lo realizó gracias al pedido de Syvilla Fort, que quería que Cage le haga
la música a su danza neoprimitivista llamada Bacchanale (Taruskin 2009: 58-59). Dado que el espacio performativo
era muy pequeño, Cage no pudo llevar un ensamble de percusión y por ello
decidió adaptarse y colocar objetos entre las cuerdas del Piano para que suene
más percutivo. Así creó su famoso piano preparado. Esta idea luego llegaría a
su máxima expresión en sus Sonatas and
Interludes para piano preparado. En estas se comienza a interesar por la
temática de la indeterminación y la filosofía oriental (en este caso a través
de Ananda Coomaraswamy). Vemos que Cage está plenamente consciente de que a la
hora de preparar un piano, el sonido que resulta no está determinado y más bien
cambia de acuerdo a los materiales. Esto comienza a entrar con fuerza en su
obra.
Por otro lado, la idea
de la música como expresión comienza a entrar en crisis en este periodo. A
mediados de los 40s escribe una suite para piano preparado llamada The Perilous Night. Cage se refiere a
esta como su obra “autobiográfica”, obra intencionada a la expresión (Taruskin
2009: 59). Cage recibió una crítica ardua por esta obra y comenzó a percibir
dificultades a la hora de intentar comunicar a otros y recibir comunicaciones
de otros a través de la música. Así, Cage termina dejando por completo esta
concepción de la música como medio de expresión y comunicación y la reformula
por completo dándole una gran base en el Budismo Zen.
Siguiendo la idea del
tiempo como elemento organizador de la pieza, Cage expresa que lo que tiene en
común todo sonido y el silencio es la duración. Es decir, el tiempo es en
realidad el elemento más fundamental de todo sonido/silencio. De esta manera
Cage tiende hacia una composición que utiliza “contenedores vacíos” en los
cuales suceden los sonidos. Este es su camino hacia la indeterminación y a
soltar las riendas de su obra para así dejar que los sonidos sean ellos mismos.
Cage escribe que:
Podemos abandonar el deseo de controlar el
sonido, limpiar de música nuestra mente, y dedicarnos al descubrimiento de
medios para permitir que los sonidos sean ellos mismos, no vehículos para
teorías elaboradas por los hombres o expresiones de los sentimientos humanos.
(Cage 2002: 9)
Así Cage comienza a abrirse al flujo de lo
contingente, de lo que sucede en el momento, al cambio. Ejemplos de estos
contenedores de tiempo abundan en su obra. Entre ellos podemos escuchar Imaginary Landscape No. 4. El uso de
radios es notable en esta pieza y los músicos están direccionados a subir y
bajar el volumen de las radios. El sonido que se emite depende radicalmente del
contexto (lugar y momento) en el cual se presenta la pieza. También esto
presenta un movimiento hacia lo efímero ya que cada vez que se presenta la
peiza, será una radicalmente distinta. Cage, a partir de esta forma de
componer, se acercaría cada vez más a la anulación de la mano artística en la
obra y a realizar el ideal vanguardista de acercar el arte a la vida. Sin
embargo, antes de pasar a su obra más famosa y el caso más radical de
indeterminación, debemos examinar la relación de Cage con el budismo Zen, que
fue determinante para el desarrollo de su estética de este periodo.
Cage
se acercó al budismo Zen gracias a los voceros máximos de este en el Estados
Unidos de los 50s: D.T. Suzuki y Alan Watts. Ambos pregonan un Zen distinto al
Zen contemporáneo de Japón. Es un Zen más cercano al de la edad de oro del Zen
(Chan) en la China de la dinastía Tang que resulta mucho más “anárquico” que el
Zen contemporáneo japonés. Es importante comenzar cualquier charla sobre el Zen
(como lo hace Alan Watts) advirtiendo que cualquier discurso sobre el Zen es
una trampa ya que el Zen aborrece los discursos y busca la transmisión fuera de
textos y palabras. Dentro del Zen el lenguaje nos entrampa en una ilusión de
creer que estamos acercándonos a la realidad, cuando en realidad la estamos
filtrando a través de discursos. El Zen pretende experimentar la realidad más
allá del lenguaje y el pensamiento y para esto desarrolla métodos de meditación.
Para esto el silencio es fundamental, tanto verbal como mental. Cuando la mente
está quieta, la realidad se refleja en ella como es y no como nos referimos a
ella a través del lenguaje. Por ello el énfasis recae más en la enseñanza de un
buen maestro y en la práctica misma del budismo. Los maestros de la rama Zen
utilizan métodos peculiares para llevar al aprendiz a la realización del Satori
(el despertar). Entre ellos está el uso de frases paradójicas (Koans) que el
aprendiz debe resolver de manera espontánea y sin filtros discursivos. Esta
apertura a la espontaneidad encuentra claros paralelos con Cage y la
indeterminación. A pesar de las peculiaridades de esta rama del budismo, todos
los budismos aceptan ciertas creencias básicas. Estos son los tres razgos de la
existencia (Tri-Laksana): la universalidad e inevitabilidad del cambio (no
existe nada que escape al cambio: Anitya), la insustancialidad de un yo (anatman) y el sufrimiento (Duhkha).
Estos tres están íntimamente relacionados ya que el despertar al cambio implica
el realizar la inexistencia de un yo inmutable y separado del cambio. Esto a su
vez es el fin del sufrimiento entendido como una especie de angustia
existencial producida por aferrarse. En el fondo, el discípulo Zen está en una especie
de búsqueda paradójica para encontrar lo que siempre tuvo (ya que el potencial
para ser un Buda es intrínseco a todos los seres sintientes) y para encontrar
el no buscar y el sin propósito. Para un budista esta es la búsqueda más elevada
y a la vez la más mundana. Siguiendo las teorizaciones de Nagarjuna, Samsara
(el mundo del sufrimiento y de las reencarnaciones en el que vivimos) y Nirvana
(el estado del iluminado, de la cesación del sufrimiento) son uno y el mismo. Hay
claros ecos en la obra de Cage con respecto a esta filosofía.
En
particular, me interesa recalcar el aspecto del cambio y de la ausencia del yo.
Vemos que Cage, con sus estructuras basadas en contenedores vacíos que están abiertos
a las contingencias del momento, se abre radicalmente al cambio, a admitir que
la obra sea distinta cada vez y a aceptar los sonidos que no estaban
predeterminados en la obra. A su vez, y como se mostró anteriormente, Cage
buscaba anular sus preferencias en la obra para así atender él mismo como
espectador a una obra, así como uno observa la naturaleza. Taruskin escribe
sobre esto:
Henceforth, Cage’s abundant ingenuity would be lavished on
strategies to frustrate the planning of results, so that the object he produced
would be completely free of his own wishes, preferences, tastes. He envisioned,
in short, and strove to achieve, the complete liberation of sound. (Taurskin
2009: 62)
4:33 (de 1953), definitivamente
su obra más famosa, es un ejemplo claro y lo más lejos que se puede llegar en
términos de indeterminación. Esta pieza consiste en 4 minutos y 33 segundos de
silencio en el cual el intérprete no hace absolutamente nada en el escenario.
En tal caso, la pieza constituye de los sonidos que suceden en el ambiente, un
momento de radical estetización de la naturaleza entera. Es como una ventana de
tiempo en la que la obra musical es la realidad entera. Esta obra es el
producto de ciertas reflexiones sobre el sonido y el silencio que Cage estaba
teniendo en la época. Tras visitar una cámara anecoica para experimentar lo más
cercano posible el silencio absoluto. Cage relata su experiencia:
Hace unos años entré en una de estas cámaras en
la Universidad de Harvard y oí dos sonidos, uno agudo y otro grave. Cuando los
describí al ingeniero encargado, me explicó que el agudo era mi sistema
nervioso en funcionamiento: el grave, mi sangre circulando. Hasta que muera
habrá sonidos. Y éstos continuarán después de mi muerte. No es necesario
preocuparse por el futuro de la música. (Cage 2002: 8)
Es decir, esta
experiencia le demostró que el silencio no existe como imaginamos que existe,
si no que más bien el silencio es lo que llamamos a los sonidos no intencionados
por nosotros. Así, en esta obra mística se trascienden los dualismos básicos
que obraron por mucho tiempo en la historia de la música. Sonido y silencio,
música y ruido, música y silencio, arte y vida. Todos ellos encuentran un punto
en común en esta obra. Cage es explícito al aludir como se inspiró en los
cuadros enteramente blancos de Robert Rauschenberg.
4:33 (performada por una banda de death metal. Es importante notar que 4:33 NO puede ser grabada)
Siguiendo,
otra manera que utilizó Cage (distinta de la indeterminación) para anular su
voluntad en la obra es el azar. Este método se convirtió en un método
predilecto tanto para sus conferencias como para sus obras. A diferencia de la
indeterminación, una obra hecha a partir de procesos de azar termina siendo
determinada (ejecutarla dos veces va a salir relativamente parecida) solo que
el proceso a partir de la cual se hace es azaroso. Una pieza de suma importancia
en el que desarrolla este método es Music
of Changes (1951). Esta es una pieza hecha enteramente por procesos de azar
y así intenta imitar la manera de operar de la naturaleza misma. Para esto
utiliza el Libro de las Mutaciones,
un oráculo Chino que se le fue entregado como regalo por Christian Wolff. Este
libro es importantísimo para el desarrollo de la cultura china y acentúa el
cambio de todos los fenómenos. El método de adivinacións e realiza a partir de
varillas o del lanzamiento de 3 monedas seis veces. A partir de esto, se crea
un hexagrama hecho a partir de líneas cortadas o enteras. Estas representan la
polaridad entre el ying (línea cortada) y el yang (línea entera). Como es
claro, el proceso de llegar a construir el hexagrama es azaroso y el hexagrama
presenta una imagen y conduce a un texto que debe ser interpretado. Ahora, Cage
lo que hizo fue desarrollar tablas en las que planteaba elementos de la pieza
tales como la altura de la nota, duración, ritmo, etc. para que el hexagrama
remita a cierta decisión con respecto a la composición de la obra. Cage explica
esto en una de sus conferencias:
Los diagramas están confeccionados con igual
número de elementos (sesenta y cuatro) que se refieren a Superposiciones (un
diagrama) (cuántos eventos suceden a la vez durante un espacio estructural
dado); Tiempos (un diagrama); Duraciones (n,
el número de posibles superposiciones, en estas obras, ocho diagramas);
Dinámica (ocho diagramas). (Cage 2002: 58)
Como
se ve, habían un total de 18 diagramas interrelacionados que eran los que definían
las decisiones de la obra. Componerla fue un proceso muy largo de lanzar un
número desorbitado de monedas (por ello, para acelerar el proceso después, lo
cambió a composición a partir de imperfecciones en un papel). Esta obra es
fundamental porque expresa otra manera en la que Cage intenta anularse como
compositor de la obra. La utilización de procesos de azar para componer lo
acompañaron hasta su muerte.
Music of Changes - John Cage
Vemos
que las innovaciones de Cage no solo implicaron una reestructuración de lo que
llamamos música, sino que también a lo que llamamos compositor. Este lo
considera, siguiendo a Edgar Varese como un organizador de sonidos. Sin duda
alguna esto está en sintonía con las revoluciones que produjeron los
movimientos vanguardistas, en especial Dada (Cage fue gran amigo de Duchamp). Así,
podemos concluir que en la obra de John Cage existe una búsqueda por trascender
la barrera dual entre la música y el ruido, el sonido y el silencio y así
acercar el arte a la vida. Esto lo hace también a partir de la anulación del yo
creador en la misma obra para hacer que la obra opere de manera similar a la
naturaleza.
Bibliografía
BOULEZ, Pierre
1968 “Schoenberg
is Dead”, en Notes of an Apprenticeship.
CAGE, John
2002 Silencio. Madrid: Ardora.
ROSS, Alex
2007 The Rest is Noise: listening to the
twentieth century. New York: Farrar, Straus, and Giroux.
STOCKHAUSEN, Karlheinz
2002 “Electronic
and Instrumental Music”, en Audioculture.
Nueva York: The Continuum International Publishing Group Inc.
TARUSKIN, Richard
2009 Music in the Late Twentieth Century. New
York: Oxford University Press.
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